Son 55 títulos de Rafael Nadal en su carrera como arcillista dentro del tour profesional del ATP. El actual número uno del mundo es completamente otro jugador cuando se para en el denominado polvo de ladrillo. Un humano que se convierte en “Transformer” lo cual lo vuelve prácticamente invencible ante cualquier adversario. El objetivo de esta primavera, mantener el primer lugar del ránking.
El español con 16 títulos de Grand Slam inicia su temporada primaveral del 2018 con 2 títulos. Representan la onceava corona tanto en Mónaco como en Barcelona, siendo estos 22 las dos quintas partes del total de títulos en esta superficie. Aún quedan tres torneos grandes dentro de la campaña de arcilla. Madrid, Roma y Roland Garros en París las próximas paradas donde Nadal buscará mantener su hegemonía. La pregunta es: ¿podrá ganar los tres y afianzar el uno del ATP?
Hace un año el mallorquín ganó en casa cuando venció a Dominic Thiem en dos sets. “La caja mágica” fue testigo del 5º campeonato del español en Madrid. Una semana después fue el propio austriaco quien tomó revancha y dejó fuera a Nadal en los Cuartos de final en el Masters de Roma. Pero eso no detuvo al ya veterano jugador para conquistar su décima corona en Roland Garros de manos de Stanislas Wawrinka.
El tour recientemente ha demostrado la falta de renovación en sus jugadores élite, combinado con una regularidad en la brillantez de dos colosos históricos del “deporte blanco” como los son Rafael Nadal y Roger Federer. En el caso presente de la temporada, el beneficiado por este aspecto es Nadal quien pareciera no tener adversario capaz de tumbarlo en mayo. Mientras Federer esperará que dicha situación ocurra para recuperar el trono del ránking sin jugar.
Es aplastante y por no decir invencible un tipo capaz de dominar a placer no sólo a rivales dentro del top 100 del ránking, sino también a los propios top 10 quienes se ven de otra categoría cuando enfrentan a Nadal en la arcilla. Novak Djokovic ha regresado a la competencia, pero dista mucho de esa regularidad de altísimo nivel que lo llevó a ganarle uno de los dos partidos que Nadal ha perdido en su carrera en Roland Garros.
La llamada “nueva generación” de tenistas ha quedado a deber. Dominic Thiem es un jugador que todavía no logra consagrar los buenos momentos de una temporada en títulos y juego constante cuando enfrenta a las estrellas del ATP. Alexander Zverev todavía es ese jugador “berrinchudo” que no aprende a controlar una parte fundamental del juego que es el tema mental. “Baby Federer” se ha visto opacado por la sombra del propio apodo y sigue sin establecerse de lleno en la competencia. Y Milos Raonic con lesiones que impiden la continuidad en las canchas.
Bajo estas circunstancias, Murray lesionado y un Federer ya ausente en esta parte final de su carrera del polvo de ladrillo, parece Nadal tener la vía libre para ganar más títulos sin una permanente o complicada resistencia del resto de competidores. Serán las bajas de juego pronunciadas o una lesión lo que van a impedir el 17º Grand Slam de Nadal en París, y esas cosas se ven lejanas en el futuro cercano del número uno del mundo y el mejor arcillista de todos los tiempos.