Constancia
Es un factor clave. La Liga es un campeonato que dura más de nueve meses, y el campeón es siempre el que más continuidad demuestra. A lo largo de este año el Barcelona ha pasado por momentos críticos, pero supieron mantener la calma. Tuvieron un comienzo fuerte, aprovechando la pérdida de puntos que el Real Madrid sufrió en Agosto. A pesar de que su gran rival se alejaba cada vez más en la clasificación, el Barça no se confió y trabajó para mantener las distancias. De esta forma llegaron a Navidad como campeones de invierno con una ventaja considerable sobre el segundo clasificado. Era cuestión de tiempo que los azulgrana consumaran su cuarta Liga en cinco años.
Messi
El cuatro veces Balón de Oro es un elemento determinante en el Barcelona. Cuando el argentino no brilló tanto como se esperaba, el juego del equipo se resintió (como sucedió en los partidos contra el Real Madrid en Copa del Rey o el Milan y Bayern en Champions League). Messi es un jugador desequilibrante. Messi rompió partidos que parecían sentenciados y consiguió dar la vuelta a marcadores en contra. El considerado mejor jugador del mundo afecta, también, en el plano psicológico a los rivales: cuando Messi no juega la confianza crece y el peligro es mayor.
Tito
Estilo de juego
Su estilo de juego se mantiene. Crearon una forma propia, que otras muchas escuadras intentado imitar, pero pocos lo lograron. Son un equipo compacto, que se entienden y complementan. Basan sus partidos en el control del balón, y en un poderoso centro del campo. Es muy difícil conseguir que el Barcelona se mantenga noventa minutos lejos de la portería rival porque su forma de hacerlo es lentamente romper las defensas de sus oponentes, siempre desde la sutileza y la elegancia. Todos saben reconocer el estilo del Barcelona y justamente ese juego es lo que ha traído tantos títulos para la casa catalana. Cuando perdieron su forma de jugar (como contra el Bayern) el Barça olvidó su faceta de campeón para convertirse en un asustadizo equipo venido a menos.