Por: Miguel Ángel Delucio

Bills


Los Buffalo Bills son una de las franquicias que jamás han ganado un Súper Bowl. En los noventas llegaron a cuatro, pero en todos fueron derrotados. Desde entonces, el equipo ha estado en un agujero obscuro del cual parece que apenas están saliendo.
Desde 1999 no se hacen presentes en la postemporada. Sin embargo, con las contrataciones de agentes libres que hicieron y el excelente trabajo de su entrenador Chan Gailey, este podría ser el año de su regreso.
Por ello, aquí están los cinco puntos por las cuales la franquicia establecida en 1959 puede ganar su división.

Mario Williams y la línea defensiva debe de jugar a un nivel superlativo


Se conoce de antemano que esta división se mueve al ritmo de los Patriots. Pero, si a Brady se le es presionado en la bolsa de protección, comienza a ser errático. Esto ha quedado demostrado en varias ocasiones, siendo la más reciente en el pasado Súper Bowl ante los New York Giants.
Es por esto que Mario Williams tiene que hacer valer su categoría de All-Pro. Fue contratado para ayudar a una ya gran línea defensiva. Marcell Dareus, Mark Anderson y Kyle Williams se verán beneficiados por la atención que le prestaran a Williams. Con ello, tendrán duelos uno contra uno ante los linieros ofensivos y presionar al mariscal contrario.
Si alguno de estos jugadores llega a rebasar las diez capturas en la temporada, será un gran año, pero además varias de estas deben de ser ante sus rivales de división.

Ryan Fitzpatrick debe evitar poner en riesgo el balón


“Fitz” se está convirtiendo en un buen mariscal de campo. El egresado de Harvard tiene números bastantes decentes, pero sigue lanzando muchas intercepciones. Su liderazgo le valió la oportunidad de ser titular en los Bills, después de ser cortado por los Rams y Bengals.
La temporada pasada lanzó 3,832 yardas y 24 pases de anotación. Números muy aceptables, sin embargo su rating es de 79.1 debido  a las 23 intercepciones que tuvo. Además, más del 50% de estas entregas fueron ante rivales de división. Si evita estos errores, sus estadísticas lo podrían llevar hasta un Pro-Bowl.
Fitzpatrick debe ser mesurado en sus decisiones, no forzar ningún pase y evitar quedarse viendo a su receptor para que no le lean la mirada. Si estas condiciones se llegan a dar constantemente en sus encuentros, el mariscal de 29 años llevará a su equipo al título divisional.

C.J. Spiller y Fred Jackson deben ser el pilar de la ofensiva.


Los dos corredores tienen gran talento, pero son muy diferentes. Spiller es ágil y muy veloz, Jackson es el típico “caballito de batalla” que acarrea el ovoide 25 veces en un partido. Además, ambos son grandes receptores, por lo tanto deben de ser el motor principal de su ofensiva para quitarle presión a su mariscal.
Si los dos se mantienen sanos (algo que no sucedió con Jackson la temporada anterior), y se complementan, su ataque será explosivo y a su vez mantendrán el balón para dar descanso a su defensiva. La explosividad y velocidad serán la especialidad de Spiller, mientras el control del ovoide será la especialidad de Jackson, sumado a sus acarreos que ganan pocas yardas y desgastan a la defensa contraria.
Agregando a esto, su línea ofensiva comienza a solidificarse. Eric Wood y Andy Levitre resguardan en el interior de la línea, además con el novato Cordy Glenn dará mayor seguridad en la posición de tackle. Ellos buscaran bloquear eficientemente, lo demás queda en el talento de sus corredores.

Steve Jackson debe madurar y no lastimar a su equipo.


No cabe duda que el receptor número trece cuenta con grandes aptitudes. Sin embargo, su actitud damnifica a su equipo. Celebraciones no permitidas, hablar de más ante la prensa son detalles que debe evitar “Stevie” para no ser sancionado o suspendido por el comisionado Roger Godell.
En su quinto año en la liga, Johnson fue el líder en recepciones, yardas y anotaciones de su franquicia. Dando por un hecho que como receptor, es el máximo referente de los Bills. Recibirá la marca de los mejores esquineros de su división, entre ellos Darrell Revis. Esto no le molesta a Steve, es más, ante Revis en sus dos encuentros tuvo once recepciones, 159 yardas y una anotación. Algo que ante este esquinero es muy difícil de lograr.
Si la séptima ronda de los Bills del 2008 mantiene una actitud prudente, además de ayudar a su equipo con sus recepciones, evitará que su entrenador en jefe, Chan Gailey, lo suspenda y sus compañeros pierdan la concentración.

Evitar las rachas de partidos perdidos.


Se conoce que sólo dos equipos han terminado la fase regular invictos. Los Patriots de 2007 y los Dolphins de 1972, curiosamente rivales de su división. Por lo tanto, es casi imposible no perder un partido, pero lo que los Bills deben evadir son las rachas de más de dos partidos perdidos.
La campaña pasada, en la semana nueve comenzaron una serie de siete partidos sin conocer la victoria. Además, en dos de estos, no pudieron anotar más de diez puntos, ante Dallas y Miami.
Si Chan Gailey evita este tipo de resultados, sus jugadores no perderán confianza. Además, cuando un equipo comienza a ganar partido tras partido, empieza a ganar confidencia entre ellos, haciendo de su juego algo que no tienen que corregir semana tras semana.
Así que los Bills, como todo equipo en la NFL, tienen una oportunidad. Ya no son una franquicia sin talento, y esto puede provocar en ellos una revolución para ganar la AFC Este.