DEMARCUS WARE.
Cierto es que Von Miller ha sido el rostro dominante de Denver durante los playoffs. Nada más le interceptó al mismo Tom Brady y es el actual líder (activo) de postemporada en sacks con 2.5. Sin embargo, DeMarcus Ware ha jugado unos playoffs al posiblemente mejor nivel que se le recuerde. Von Miller habrá tenido una intercepción, pero Ware golpeó siete veces a Brady, lo que independientemente de la línea ofensiva de Pats, nos habla de un linebacker agresivo en gran estado físico a pesar de su veteranía y sin duda uno de los autores de la frustración de Brady en dicho juego. Además, recordemos, fue un sack suyo a Roethlisberger lo que terminó por sellar la apretada victoria en el duelo divisional contra Pittsburgh.
Es pues Ware una de las piezas clave en el esquema defensivo de Wade Phillips, pues aparte de su experiencia sirve de guía para jóvenes como Shane Ray o Danny Trevathan. Y contra Carolina tendrá una labor titánica, que sea perfecta, pues Panthers es el mejor ataque terrestre de postemporada, pero sobre todo, porque Cam Newton es una bestia de QB.
La labor de Ware y de Miller, ya no será atacar rápidamente a un QB estático como Brady, sino que ahora serán un dúo que vigile y se vuelva flexible para defender la optativa confiando en que Derek Wolfe y Malik Jackson se enfoquen en Jonathan Stewart y compañía. Aquí es donde Ware puede ser la sombra de un jugador que pasa tan bien como corre. No es secreto: la cualidad de Cam Newton es la read option, así que seguramente ya no veremos al LB que rompe la línea en menos de tres segundos, pues sería un suicidio. ¿Recuerdan como Tom Brady fue el mejor corredor de Patriotas en la final AFC con aquella escapada de 13 yardas? Bueno, multipliquen eso por cuatro cuartos y un par de yardas más. Ese es el daño que hace Cam Newton y Ware debe estar preparado para ello.
A diferencia de su tiempo en Dallas, ahora tiene un HC y un Coordinador con más experiencia que conocen qué y cómo se juegan estos duelos. Será casi imposible contener a Cam y sus 1.96 y más de cien kilos a menos de diez yardas, pero sí hay un tipo capaz de frenarlo y obligarlo a ir más por aire debe ser Ware. Tiene la experiencia, las condiciones físicas y el apoyo de una unidad que en postemporada no ha permitido más de 70 yardas por juego y ha mantenido a sus rivales a sólo dos touchdowns terrestres.