Haciendo un recuento de la cantidad obscena que ha gastado el Paris Saint-Germain desde la llegada del conglomerado árabe, resulta un fracaso a medias la cantidad de trofeos que ha obtenido, por un lado dominando a nivel local casi en cada temporada, e incluso, monopolizando los tres torneos que se disputen en tierras galas. El asunto radica en que la cuenta pendiente se mantiene en Europa, donde ni siquiera han logrado meterse entre los cuatro mejores del continente.

Apellidos como: Pastore, Cavani, Thiago Silva o en su momento Ibrahimovic, llegaron a esta ciudad no con el fin de mandar en la Ligue 1, sin con el objetivo de trascender en Europa y comenzar a potenciar la marca PSG a nivel mundial, al final, esto es un negocio y por eso se le está inyectando tal cantidad de euros, pero hasta el momento, no deja de ser el pobre equipo con plata que ve a lo lejos a los verdaderos gigantes.

Como ya todos sabemos, la semana pasada los parisinos rompieron el mercado de fichajes con la transferencia más costosa de todos los tiempos y los 220 millones de euros que desembolsaron por Neymar, fichaje que, según algunos, pone al PSG a la altura de los equipos top del orbe y como un verdadero candidato al azar la orejona. ¿Es para tanto el fichaje? Veamos qué estatus merecen los del parque de los príncipes.