Se llevó a cabo en dos ediciones el Wrestling Dontaku 2018, que culminó con dos luchas titulares disputando el IWGP Jr. Heavyweight Championship y el IWGP Heavyweight Championship.
Kazuchika Okada enfrentó Hiroshi Tanahashi en un combate donde no sólo se jugaba el cinturón sino también el récord de más defensas consecutivas.
Hiroshi Tanahashi ha sido siete veces IWGP Heavyweight Champion, consiguiendo, en su quinto reinado, 11 defensas exitosas, un récord que nadie había batido hasta entonces.
Kazuchika Okada ha sido cuatro veces IWGP Heavyweight Champion y con 11 defensas exitosas, se enfrentó a Tanahashi para batir el récord de todos los tiempos.
Pero antes de entrar en materia, vale mucho la pena hacer un par de comentarios relativos al duelo entre Will Ospreay y Kushida por el IWGP Jr. Heavyweight.
¿Necesita Will Ospreay un descanso?
Will Ospreay es uno de los mejores gladiadores del orbe; con apenas 24 años, ya se encuentra en su segundo reinado como IWGP Heavyweight Champion.
Sin embargo, un aspecto negativo de este gladiador es que suele exponerse a demasiada carga de trabajo. En el último mes (donde hubo semana de Wrestlemania) el luchador participó en tantos combates que llegó mermado a Wrestling Dontaku.
La batalla que le dio Kushida lo exigió al máximo. El gladiador nipón tampoco llegaba en las mejores condiciones, no obstante aprovechó mejor las debilidades de su rival.
Enfocó sus castigos a las extremidades superiores de Ospreay, con llaves y patadas que redujeron considerablemente el arsenal de movimientos del campeón.
Fueron muchas las ocasiones en las que el británico no pudo terminar sus movimientos, sobre todo su tan esperado nuevo movimiento final: el storm breaker.
No sólo fueron sus brazos, también su cuello ya estaba dañado previo al encuentro, y el poderoso DDT de Kushida en el borde del cuadrilátero lo dañó severamente.
Durante la batalla, el campeón le dijo al réferi que no sentía los dedos de una de sus manos, lo que prendió las alarmas.
En un verdadero momento de lucidez, Ospreay aprovechó una distracción de Kushida para aplicarle su OsCutter desde el esquinero y, en un último suspiro, juntó todo el ki que le quedaba para finalizar con el espectacular storm breaker.
Una increíble victoria para Ospreay que lo confirma como una de las mejores cartas de la división junior de la NJPW; pero que también nos manda un mensaje claro: necesita tomarse un descanso pues se expone a una lesión que podría comprometerlo el resto de su carrera.
Una batalla histórica
A inicios de la década pasada, la NJPW tuvo uno de sus momentos más flojos de la historia. El ídolo que mantuvo con vida a la compañía fue Hiroshi Tanahashi.
Por eso indudablemente el “As del Universo” es uno de los ídolos más importantes para los fanáticos del puroresu (así le dicen a la lucha libre en Japón).
Si había un combate que significara un “pase de antorcha” era el que vimos en este Wrestling Dontaku 2018. Kazuchika Okada ya había hecho méritos para ser el nuevo ídolo, pero faltaba ese combate que lo pusiera cara a cara con Tanahashi.
La batalla siguió los cánones de la compañía del león: un inicio de conocimiento, un nudo de intercambios aguerridos y un estrepitoso final donde era difícil saber quién iba ganar.
El público nunca escondió su preferencia: todos vitoreaban a Hiroshi Tanahashi; pero Okada nunca se hizo menos y asumió su papel de nuevo ídolo.
Se le vio más ahínco al “As del Universo”, tanto, que aquello significó su perdición: justo cuando consiguió aplicar su High Fly Flow y tenía todo para el toque de espaldas, prefirió aplicar un segundo castigo.
Okada aprovechó el error y fue cuestión de tiempo para que asestara un Rainmaker. Tanahashi lo sabía pero, aunque logró contrarrestar el ataque en varias ocasiones, terminó sucumbiendo.
La batalla fue buena, emocionante, con un público completamente metido en el combate; sin embargo, este redactor considera que será recordada por su valor histórico y no tanto por lo ocurrido en el encordado.
¿Wrestling Dontaku agotó los rivales a Okada?
Terminada la batalla, Okada hizo un promo donde mencionó que ya había derrotado a todos, entre los que mencionó a: Tetsuya Naito, Sanada, el ya mencionado Tanahashi y Kenny Omega.
¿Qué le queda a este campeón; cuál es el siguiente paso después de Wrestling Dontaku para que la gente no se aburra de él y termine siendo un vulgar Juan Cena? La respuesta es por demás sorprendente.
“El Rainmaker” lanzó el reto a Kenny Omega: una batalla sin límite de tiempo, a lo que “The Cleaner” agregó: de dos a tres caídas. ¿Una batalla a dos de tres caídas y sin límite de tiempo? Me suena conocido.
Es increíble cómo una estipulación que en México es el pan de todos los días, en NJPW sea el marco para la batalla más esperada que haya podido programar la compañía.
Ambos gladiadores se han visto la cara en tres ocasiones: la primera batalla fue para Okada, la tercera para Omega y la segunda (considerada una de las mejores luchas de todos los tiempos) terminó en empate.
A NJPW no se le acaban las ideas; es increíble cómo consigue reinventarse y después de un combate anticipado es capaz de programar un nuevo combate igual o más anticipado que el anterior.
Con esta tendencia, no creo que sea el principio del fin de Kazuchika Okada, por el contrario, estamos en el clímax de un gladiador histórico para la lucha libre japonesa.