Lo que se puede rescatar

Sin lugar a dudas la lucha de Finn Bálor contra el amo de los malviajados cumplió con las expectativas; no sólo ganó sino que toda la lucha fue un baile por parte del Demonio. Quedó demostrado cómo los recursos de Wyatt son meramente histriónicos: poses raras, caras excéntricas, cualquier cosa menos lucha libre. Los años en la New Japan Pro Wrestling le siguen dando a Bálor grandes luchas en la WWE.

El duelo por el campeonato de parejas también resalta como lo más rescatable de Summerslam. Eso que hace unos años fue The Shield paulatinamente le dio a la WWE tres de sus estrellas estelares mejor aceptadas (y polémicas, si nos centramos en Roman).

Aunque la pareja de Cesaro y Sheamus es muy buena (heterogénea, pero al mismo tiempo de grandes ataques combinados) el carisma de Seth Rollings y Dean Ambrose hace que Sheamus palidezca todavía más. La batalla tuvo un ritmo casi frenético en sus momentos finales, donde cualquiera pudo llevarse los campeonatos;  sin embargo la balanza se cargó demasiado hacia los campeones defensores por lo que esta victoria se vio algo forzada.

Finalmente el combate fatal de cuatro esquinas dio lo que se esperaba. Más que Samoa Joe y Roman Reigns, sorprende la figura que ha cobrado Braun Strowman. De nada sirve que le pongan a puro jobber; Lesnar era la verdadera prueba.