La vida era totalmente otra en la Frontera. El futbol se convirtió en el mejor aliciente para una ciudad trastornada por el narcotráfico. Los resultados son tangibles; en sólo dos años en el máximo circuito, los Xolos ya vivieron la gloria de ser Campeones y el deporte tomó tintes de esperanza para esa región. Estos logros no se podrían entender sin el estadista Antonio Mohamed que hizo de Tijuana un equipo digno de México.
Valientes y comprometidos, esos hombres incluso se dieron el tiempo de destacar en la Copa Libertadores. El Turco ha puesto punto final a ese idilio. El legado del argentino es tan inmenso que será difícil repetir. ¿Podrán los Xolos aprender a vivir sin Mohamed?