STEELERS
Defensiva.
En cuanto a la defensiva de Pittsburgh, hubo algunas mejorías. Más veloces, dominando la línea de golpeo y no permitiendo grandes escapadas, lo cual fue una constante la temporada pasada. Pero, y este es un GRAN pero, en el partido contra Cleveland se transformaron dramáticamente para la segunda mitad. Perdieron una ventaja de 24 puntos y cedieron ante unos Browns que, cabe mencionar, también cambiaron bastante su actitud para ese segundo periodo. El novato Terrance West les corrió para cien yardas y el perímetro dejó grandes espacios. Si bien es cierto que hacia el final del juego hicieron ajustes y pudieron contener un último embate de Brian Hoyer (quien por cierto se vio muy bien con 230 Yardas, 1 TD y 0 intercepciones) y compañía, no les quepa duda que John Harbaugh y Kubiak ya tomaron nota de ese segundo periodo y es un hecho que el plan de juego estará enfocado en tratar explotar esas deficiencias desde el primer minuto.
Ofensiva.
El ataque de Steelers fue bueno a secas. Jugar contra unos Browns ausentes la mitad del tiempo no es precisamente el mejor examen. Aún así hay un par de aspectos a analizar. La línea ofensiva mejoró considerablemente, aunque permitieron cuatro capturas de QB. A pesar de ello, Roethlisberger ya no se vio tan apurado o golpeado y en general tuvo un partido tranquilo y mucho de ello se debe al ataque terrestre. Le'Veon Bell tuvo un gran juego con 109 yardas y un TD. Se ve, ahora sí, como el corredor franquicia que Steelers necesitaba para darle una nueva dimensión a su ofensiva. A ellos se suma el receptor de segundo año, Markus Wheaton, que tuvo un buen juego (6 Rec, 97 Yds), y se erigió como la válvula de seguridad en los momentos de más urgencia. Pero repetimos, no es lo mismo jugar contra unos Cafés todavía en desarrollo que contra Baltimore.