De contendientes de la AFC al Super Bowl, a tres derrotas consecutivas y un pase a playoffs que podría verse comprometido; así el mal momento actual que vive Pittsburgh Steelers en su muy irregular temporada.
Teniendo material para ser considerada la mejor ofensiva de la liga, despierta muchas interrogantes el porqué no han podido dominar a placer a rivales que se suponen inferiores. Más aún cuando dan un gran espectáculo (como contra Carolina Panthers) para la siguiente semana sufrir hasta el último segundo contra Jacksonville Jaguars.
¿Mala preparación? ¿Plan de juego predecible? ¿Defensa vulnerable? ¿O simplemente una mala racha?
¿Cuáles son las razones detrás del mal momento que vive Steelers? Vamos.

Hay NUEVO SISTEMA OFENSIVO.

La llegada de Randy Fichtner a la Coordinación Ofensiva de Steelers suponía una buena noticia para la afición. Principalmente porque Fichtner, como entrenador de quarterbacks, tiene una buena relación con Roethlisberger, que fue la razón principal por la que se despidió a Todd Haley del puesto.
Fichtner dijo que no pretendía cambiar tanto el esquema, sino simplificarlo, pero en los hechos parece que la unidad aún no asimila del todo sus ideas y ello se ha traducido en un ataque que ha perdido parte de su identidad. ¿A qué me refiero? Al juego terrestre.
Pittsburgh se ha convertido en un equipo altamente pasador y no es para menos. Con WR's como Antonio Brown y Ju Ju Smith Schuster, hay que explotar ese aspecto, sin embargo, la insistencia es tanta que el ataque se ha vuelto, por momentos, predecible y unilateral, y así no se gana.
Esta estadística lo dice todo: El QB más interceptado en zona roja es el Big Ben con 4 a su cuenta. ¿Imprecisión de su parte? Ok, entonces con mayor razón insistir en la carrera.
Y aunque Fichtner ha combinado con mesura la imaginación que tenía Haley y le da libertad de lecturas a Ben, busca en demasía la jugada grande y ha sido justo en las derrotas donde no ha podido establecer el juego terrestre en momentos críticos, es decir, situaciones de comerse el reloj y darle un respiro a la defensa.
El resultado: defensiva cansada y rivales que aprovechan eso para darle vuelta al marcador, tal y como sucedió contra Chargers y Raiders.
Más allá de asimilar ideas, parece que el principal problema del ataque es no aprovechar por igual todo el arsenal, pero el origen real de ello viene desde otro lado…

FACTOR BELL AFECTA.

Si Steelers es el segundo equipo más pasador de la liga (319 yardas), el cuarto en yardas totales (408), pero el vigésimo noveno en ataque terrestre (89), se debe NO únicamente a un cambio de esquema ofensivo, sino a la ausencia de LeVeon Bell en el equipo.
Aquí muchos podrán argumentar que el trabajo de James Conner es incluso superior en la estadística. Y es cierto, Conner asumió su nuevo rol con una humildad y preparación admirables. El chico ha hecho todo perfecto y es un tremendo corredor que aún tiene techo para ser mejor… pero lo de Bell era simplemente ser diferente.
¿Han notado como Brown ha perdido un poco de protagonismo en la ofensiva? Muchos analistas se lo achacan al gran talento de Juju. No, no va por ahí.
Por un lado tenemos la salida de Martavis Bryant, quien con su sola presencia jalaba marca y permitía más espacios para Brown, pero principalmente está el factor LeVeon, un corredor híbrido que representaba la misma dosis de amenaza por tierra que por aire. Más aun, su resistencia, potencia y forma tan especial de esperar y atacar los huecos, significaba que los backs no podían dejar de vigilar lo que sucedía con él pues era muy difícil de taclear una vez rota la línea. Vaya, era un tipo que generaba demasiada atención y eso confundía defensivas dejando casi solos, por increíble que suene, a jugador como Brown o las alas cerradas. Ese es el factor Bell que tanto ha afectado a Pittsburgh. Y ahora que la temporada ya entró en esa fase invernal donde el juego terrestre adquiere doble importancia, ha sido más relevante su ausencia.
Si a eso sumamos que Conner es un RB típico, con menos snaps y que ahora está lesionado, no hay que ser experto para entender el mal momento actual de Steelers.

CHRIS BOSWELL Y SU CRISIS

Tras la pifia del domingo ante Raiders, el fandom de Steelers ha pedido sin piedad la cabeza del pateador Chris Boswell, quien efectivamente atraviesa una crisis individual y la ha costado un par de juegos a Pittsburgh, pero… ¿qué tan culpable es del mal momento?
Cierto es que sus fallas pudieron haber sido la diferencia contra Raiders. Cierto también que un pateador es la instancia final de la victoria, el que te puede ganar un campeonato y debe estar siempre listo para ese momento.
Pero también lo es que si Boswell atraviesa una racha irregular, está en el resto de sus compañeros, en la medida de lo posible, evitar ponerlo en esas situaciones. Es decir, cuando eres un supuesto equipo contendiente no puedes permitir que un conjunto como Raiders hile una ofensiva ganadora en los dos minutos finales. O que un ataque tan bueno como Chargers se aproveche una y otra vez de tus linebackers sin que seas capaz de ver dónde está el problema y hacer los ajustes necesarios. Creo que saben hacia donde vamos…

DEFENSIVA PERMITE GRANDES JUGADAS.

Cuando Steelers despidió a Haley pero ratificó a Keith Butler en la Coordinación Defensiva, no fueron pocas las voces que cuestionaron si no debía ser al revés. Después de todo, en el juego divisional donde fueron eliminados por Jaguars, el ataque había sido capaz de anotarle 42 puntos a la entonces mejor defensiva de la liga, y en cambio permitieron 45 en contra y hasta el lucimiento de un Blake Bortles que Buffalo Bills había borrado fácilmente una semana antes.
Efectivamente aquellas voces parecían tener razón; la defensiva de Pittsburgh se cae en los momentos críticos. Y eso simplemente mata.
Y no me mal interpreten, la unidad tiene mucho talento e incluso son top ten contra el juego terrestre. Tipos como Cameron Heyward, Joe Haden, Vince Williams y T.J Watt son nivel Pro-Bowl. Y detrás de ellos vienen otros quizás no igual de notables pero cumplidores. Y claro, hay eslabones débiles, pero no al grado de no poder ajustar. En otras palabras, parchar las deficiencias y poner en el campo una unidad que se si dobla, al menos no se rompa. Y lo hacen. ¿Qué tanto? Son el equipo 16 en puntos permitidos y un tercio de esos puntos los han permitido en el último cuarto. A ese grado.
Han tenido un par de grandes actuaciones y destellos, sí, pero en las últimas tres semanas los rivales les hicieron todo lo que quisieron con relativa facilidad. O peor aun, vinieron de atrás para llevarse la victoria. Repito: permiten jugadas grandes y la ofensiva tiene que remar contra corriente la mayoría de las veces.
Y hay que decirlo, esa falta de ajustes no es únicamente atribuible a la inexperiencia de Butler, sino al mismísimo Mike Tomlin, quien me parece debe ser señalado como el culpable principal de esta mala racha e indisciplina. Y ojo: de no calificar a postemporada, sin duda que deberá juzgado aparte en un análisis para él solo.