El caso para Golden State

De la temporada de los Warriors hay poco que decir. Vimos historia enfrente de nuestros ojos luego de ganar 73 partidos de temporada regular y perder sólo 9. Stephen Curry ganó el MVP de forma unánime, primera vez en la historia que eso sucede. Muchas críticas después de ese logro se llevó Curry. En gran parte es porqué Golden State está ganando de una forma que nunca habíamos visto, o nos habían dicho que estaba mal. Los Warriors viven y mueren con tiro exterior, es parte de su estilo, da la casualidad de que tienen a 2 de los mejores 5 tiradores que hayamos visto. Klay Thompson cuando las papas quemaban ante OKC respondió de la mejor manera y puede ser un candidato silencioso para ser MVP de las Finales.

Lo que hace peligroso a los Warriors en esta serie es que ante OKC aprendieron a sufrir, en estos 2 años bajo el mando de Kerr fue el punto más bajo, nunca habían jugado tan mal y las críticas también fueron las más fuertes, ante los Blazers y el Thunder estuvieron más tiempo en desventaja que al frente en el marcador. Se dijo que su estilo era una mentira, hasta que Curry no tenía nada si no era el triple. Pues en los últimos 3 partidos de la serie mostró algo que siempre lo tuvo pero que por otras características más llamativas de su juego tal vez ignoramos: la sangre fría para cerrar los partidos. Steph Curry es un cerrador nato, se siente bien con la pelota en las manos en los últimos segundos y ejecuta mejor que en otro momento del partido, será pequeño de físico pero mentalmente tal vez es el más grande en toda la liga, tiene el pedigree de los verdaderos campeones.