El declive de McLaren
El éxito en la Fórmula 1 depende 70% en el monoplaza y 30% en el piloto, pero es este 30% el que define a los grandes. A partir de 2009, McLaren comenzó su caída libre, el equipo ganaba algunas carreras, pero nunca era una amenaza real para los otros equipos contendientes. En 2009, el equipo de Ross Brawn, el Brawn GP, arrasó con la categoría y en 2010 comenzó el reinado de Red Bull y Sebastian Vettel. El único piloto que realmente intimidó al alemán fue Fernando Alonso, quien llevó la definición del título hasta la última fecha en un par de ocasiones a bordo de un Ferrari muy inferior y siendo el máximo exponente de ese 30% del que les hablo.
Hamilton se fue para abajo junto con McLaren y fue Button (su coequipero desde 2010) el que trató de rescatar el orgullo de la escudería. Incluso en 2011, Button quedó segundo en el mundial de pilotos, mientras que Lewis quedó quinto. En 2012, su último año con McLaren, era contendiente al título de cara a la segunda mitad de la campaña, pero la poca fiabilidad del auto lo dejaron en el cuarto lugar, solo dos puntos adelante de Button.
Hamilton decidió salir del equipo en busca de un monoplaza ganador y de su segundo aire. El joven maravilla parecía a ver perdido la brújula y la rapidez.