Joe Philbin. Miami Dolphins.
Razones: Si el caso de Garret en Dallas es sorprendente, el de Philbin en Miami es simplemente inexplicable. Se podría pensar que lleva al equipo en la dirección adecuada, un 7-9 en su primera temporada y un 8-8 en la segunda apuntan hacia un ascenso, ¿Cierto? No lo creemos.
Los Dolphins se han beneficiado de dos calendarios de mediana dificultad y ni así se pudieron colar a playoffs. No aprovecharon el momento más irregular de los Patriotas y Jets para hacerse de su división y este año eso se ve irrepetible. Dejaron ir ventajas importantes y algunas victorias tuvieron su buena cuota de suerte. Pero más allá de estadísticas, el pecado que más se le imputa a Philbin es haber perdido el control de su vestuario lo cual desembocó en el penoso “bully gate”. Hablar de ello está de más, pero si Philbin ya estaba en la mira, la forma de cerrar la temporada pasada sí que lo colocó en el ojo del huracán por encima de todos los entrenadores.
Pronóstico: Todo está en los resultados. La Gerencia de Dolphins le dio un voto de confianza que huele a ultimátum. Miami tiene talento en ambos lados del balón y se ve complicado que pierdan varios juegos consecutivos o que reciban palizas. En otras palabras: la temporada 2014 puede ser una calca de la anterior, lo cual salvaría a Philbin de ser despedido a la mitad. Pero sin playoffs seguramente pasará a engrosar el saldo del llamado “Black Monday”.