Fonseca y Olalde Timados
Este no ha sido el único escándalo en el que ha estado envuelta, la actual directiva de Tigres, lo más preocupante en este caso, es que los mismos apellidos siguen siendo una constante, por ejemplo, el caso de Francisco «kikin» Fonseca, quien llegó a la escuadra regiomontana en 2007 proveniente del Benfica de Portugal, después de disputar siete temporadas con el club, el futbolista fue transferido al Atlante, momento en el que Fonseca decidió implantar una demanda ante la FEMEXFUT a causa de un adeudo de 9 mdp, que tenía con la institución felina, el pleito duró un año, pasando de la Comisión de Controversias al TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) favoreciendo con su veredicto final a Tigres; el kikin ha hecho público su descontento, acusando al equipo de manipular dicho dictamen, así como, responsabilizando al Lic. Palomino entre otras personas, de enturbiar su caso, también hace referencia a Thelma Herrera, quien le pidió 600 mil pesos para apoyarlo en su caso y que al final terminó testificando en su contra, una mujer que, es bien sabido, se aprovecha de futbolistas que pasan momentos difíciles, para sacar provecho, como antecedentes, han quedado los casos de Carlos Sánchez y Emilio Mora, de quienes también obtuvo dinero con el fin de «apoyarlos» en sus demandas laborales y terminó timándolos.
Por otro lado, ya un poco más lejano, pero no menos importante, el conflicto que envolvió a Jesús Olalde en 2005, mismo, que significó el principio del fin, a la carrera del ex-jugador de Pumas de la U.N.A.M., quien reclamaba a la directiva pagos atrasados, la cual se negó a reconocer dicho adeudo, según palabras de él, Tigres boicoteó su salida a Toluca, y provocó que éste pasara más de un año inactivo, una vez que logró contratarse con Atlante, dicho equipo le solicitó que resolviera su problema con Tigres antes de poder contratarlo, por tanto, Olalde decidió dejar en la congeladora el problema, lo cual, a la larga, terminó por echar abajo la demanda, ya que cuando el jugador acudió a FIFA para que lo apoyara, el máximo órgano del fútbol mundial argumentó que el caso ya había «preescrito». Es esta la forma, en que se mueven los directivos mexicanos, tras la sombras y amparados por «el pacto de caballeros».