Problemas de calendario
Es, creo yo, la principal causa y también la más antigua; los problemas de calendarización existen desde que México fue invitado por primera vez al certamen.
El problema se debe a lo mal planeado que están ambas competencias (Liga MX y Libertadores), no me detendré a hablar de la Liga MX, sólo diré que nunca me ha gustado el formato de torneos cortos y liguilla; respecto a la Libertadores hay que decir que es el mismo formato que utiliza la Champions -32 equipos, ocho grupos, ronda de octavos, cuartos y semifinales a visita recíproca- pero con una sustancial diferencia: la Champions se realiza en un año futbolístico, la Libertadores en seis meses, es decir, mismo número de partidos pero menos tiempo para jugarlos.
Este formato es desgastante para cualquier club mexicano, ya que siempre que juegue de visitante tendrá que hacer recorridos de al menos ocho o diez horas en avión.
La fase de eliminación directa en Libertadores se juega al mismo tiempo que la liguilla, eventualmente los clubes mexicanos tendrán que escoger entre una competencia u otra; América apostó por la final contra Pachuca y botó su eliminatoria con Santos, Xolos le apostó a Libertadores pero tiró a la basura el torneo local, al final, ambos equipos salieron con las manos vacías.
La calendarización de la Copa Libertadores es tan deficiente que muchas veces se cruza con torneos de selecciones: Chivas perdió medio equipo porque sus jugadores tenían que ir a jugar la Confederaciones en Alemania, el América tuvo que parar dos meses antes de jugar la semifinal ante Sao Caetano a causa del Mundial de Corea-Japón, incluso la edición de este año hará un parón debido a la Copa América.