Algún reclutador del futbol mexicano me platicaba que entre los 26 y los 29 son los años de edad en los que se puede esperar el mejor rendimiento de un jugador. Supongo que esto no es una teoría perfectamente comprobada ni mucho menos, pero casos como los mejores mundiales de Maradonna, Messi, Cruyff y Zidane lo respaldan.
Pues esa es la edad aproximada que tiene ahora aquella primera selección mexicana campeona en Perú 2005. La más brillante de nuestras generaciones probablemente. La que ya sabe lo que es ganar un campeonato mundial Sub-17 y que fue el preámbulo de equipos mexicanos exitosos como el que ganó el oro olímpico en Londres.
La calidad obliga. La responsabilidad de esta selección en la Copa de Oro es completa; el trofeo y nada menos. Y es que los elementos están todos ahí. La variedad de jugadores nacionales que tuvo Herrera para escoger es tal que no podía ser una convocatoria floja. Es un equipo sólido, con experiencia, condiciones, mentalidad, la madurez adecuada, etc. Y hay que decirlo también; es un torneo de CONCACAF.