A RODAR QUE ES LO MEJOR
Overath obedeció la señal del juez y dio inicio todo, se siente tan bien correr mientras se escucha el murmullo de la gente que cada minuto crece más, el primer tiro alemán y rápidamente el ambiente a favor de los ingleses comienza a lucir y los silbidos para el 11aleman Emmerich no se hicieron esperar. Recuerdo el buen ritmo con el que inicio el partido pues rápidamente los ingleses comenzaron a hacer de las suyas y me hicieron volar ante las salidas del portero Tilkowski.
Comenzaban los pases germanos, si hay algo que tengo que decir es que ambos equipos tenían una clase para jugar futbol que sin duda pudieron haber salido a la cancha con smoking y bombín, Bobby Charlton y un tal Franz Beckenbauer mostraban su calidad sobre el césped sagrado de Wembley. Mi adrenalina era tal que cuando menos pensé escuche un tímido grito de ¡Gol! y yo besaba las redes, claro, Helmut Haller convirtió el primero para la Alemania Federal que ya lo ganaba 1-0.
Los ingleses nunca cayeron, y más porque la clase de Charlton seguía tomando las riendas de aquel fabuloso partido. Y minutos después Bobby Moore el elegante capitán ingles me levanto por los aires y el delantero G. Hurst con un remate solido de cabeza puso el marcador 1-1 ante la emoción de su gente. El partido seguía y créanme que trato de encontrar un adjetivo para contarles de la clase, de la elegancia con la que se jugaba la final, pero discúlpenme, no lo encuentro.
