No son salvadores
El principal problema que existe con los jugadores naturalizados es que cuando los convocan a la selección la gente cree que van a jugar a un nivel mucho mayor al que han mostrado en la liga. Tan sólo hay que recordar casos como los de Matías Vuoso o Guillermo Franco, quienes en la liga fueron goleadores y después de ir a la selección su nivel bajo notablemente porque no aguantan la presión que se ejerce sobre ellos.
Gabriel Caballero, Sinha, Lucas Ayala, Leandro Augusto, Matías Vuoso y Guillermo Franco son los últimos jugadores naturalizados que fueron convocados a selección nacional y ninguno de ellos marcó una diferencia porque eran jugadores buenos para el nivel que hay en México. Así que no nos hagamos muchas ilusiones. Simplemente son variantes de un plantel.