Basta de cañonazos

David Beckham fue el pionero de esta estrategia, la cual, en su momento fue buena, ya que ayudó a poner a la MLS bajo los ojos del mundo, además de que los llamados «jugadores franquicia» ayudarían a afianzar a los futbolistas locales y por ende, con dicho fogueo aumentarían su rendimiento.

Pero como todo exceso termina siendo contraproducente, ya que las franquicias han abusado de este tipo de fichajes, trayendo gente que ya ni siquiera están al nivel como para romperla en una liga poco demandante que les dará coba por su calidad de estrella en decadencia, además, la sobrepoblación de futbolistas extranjeros de mediano nivel también inunda posiciones que deberían estar ocupando otra clase de futbolistas, completando un círculo vicioso que mantiene a la MLS en el limbo.