Son ya tres temporadas las que el técnico uruguayo ha ligado fracasos y malos resultados. No ha sido capaz de emular lo logrado con aquel equipo de León que gustaba, goleaba y ganaba todo. La fórmula una vez encontrada en la capital del calzado, sigue siendo un misterio para Matosas. Éste, el técnico de moda a raíz del ascenso y el bicampeonato parece desubicado, distinto y muy distante a las capacidades que se le veían con el equipo que lo lanzó al estrellato, a la élite del fútbol mexicano.
Una vez el técnico más buscado en nuestro fútbol, hoy ha militado en dos clubes importantes de nuestro balompié, y en ambos ha intentado renunciar ante la negativa de los directivos, quienes confiaron en él para un proyecto a largo plazo. Pareciera que el que menos cree en si, es él mismo. La cuestión es: ¿Será Matosas su propio peor enemigo?