Dida, Cafú, Maldini, Nesta, Gattuso, Pirlo, Kaká, Seedorf, Shevchenko, Inzaghi… basta con retroceder el reloj 10 años para encontrarnos con un Milan plagado de estrellas, una verdadera plantilla que hacía temblar a los rivales.

Falta de interés por parte del antiguo dueño -Silvio Berlusconi-, a la par de problemas económicos y otras circunstancias ocasionaron que Il Diavolo dejara de sembrar terror para convertirse en una parodia de si mismo.

Aunque la liga obtenida en el ya lejano 2011 sirvió como un bálsamo, durante la última década el cuadro rossonero ha perdido brillo.

Ausentándose del protagonismo no sólo en Europa -recordar que ostenta siete títulos de Champions League en sus vitrinas-, sino también en Italia. Al grado de pasar 1 234 días sin disputar un partido de competiciones europeas (11 de marzo de 2014 vs. Atlético de Madrid), resultado de sus pobres números durante las últimas cuatro campañas en la Serie A.

Sin embargo, la llegada de nuevos dueños, provenientes de China -esa potencia mundial que ha comenzado a fijarse en el futbol- parece mejorar el panorama del conjunto lombardo.

Junto con los chinos han llegado (hasta el momento de escribir este artículo) un total de 10 jugadores nuevos. Es decir, casi un equipo nuevo. Pero cantidad no iguala a calidad, es por ello que en el mundo futbolístico surge la siguiente interrogante: ¿este nuevo Milan está para tomarse en serio?