En contra

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Quitándonos los lentes positivistas, es más que obvio que Infantino está retribuyendo los votos que le ayudaron a convertirse en Presidente de FIFA, lo cual, queda claro en la forma en que está repartiendo los cupos mundialistas, beneficiando a regiones como África, Asia y CONCACAF y dejando de lado a UEFA, lugar donde hay mayor nivel en los equipos de clase media pero a los que sólo les han repartido tres boletos más.

Para nadie es un secreto que el fútbol es un negocio, y tal vez uno de los más importantes en la actualidad, pero FIFA no se quiere quedar estancado y buscan extenderlo aún más, aprovechando la inversión de regiones como Asia, donde, desde hace varios años, los petrodólares árabes buscan entrar de lleno en este deporte y más recientemente, los chinos y sus batacazos en cuanto a fichajes internacionales, ahora, imaginemos el furor que generaría tener naciones económicamente poderosas como: Qatar, los Emiratos o China, que a su vez, es el país más poblado del mundo. Además, no se piensa sólo en los ingresos que generan los aficionados que asisten a la sede, sino también la comercialización de los derechos de transmisión que se iría por las nubes. Un negocio redondo.