Distancias más lejanas y poca perspectiva

Es triste ver cómo día a día estamos más lejos de aquellos tiempos donde los colores realmente importaban, es más, el verano pasado vimos caer a uno de los últimos caballeros de las canchas, Francesco Totti, futbolista casado de por vida con su club y alejado de tentaciones foráneas. Dicho caso contrasta aún más con lo que estamos viendo, un mercado de pases que cada vez luce más como un intercambio de mercancía sobrevalorada que un verdadero deporte.

Las cifras se han exagerado de tal manera que cualquier jugador de medio pelo hoy cuesta arriba de los 50 millones, lo cual lo único que provoca es que la clase media de las ligas importantes comience a desaparecer poco a poco, a menos que tengas un grupo árabe que aparezca dinero al menor esfuerzo. Equipos como Paris Saint-Germain, Manchester City, Chelsea, la MLS o la Superliga China son parte de los responsables de esta plastificación del fútbol europeo, con su capacidad de conseguir lo quieran al costo que sea, actitud que asusta a los demás clubes y que ponen cláusulas de rescisión en sus estrellas con la intención que no sean «secuestradas», pero estamos viendo que dicha estrategia no está teniendo efecto.