El sorpresivo fracaso de Alemania en la Copa del Mundo pintaba para ser el catalizador perfecto para que la re estructuración alemana por fin llegara, y más teniendo un arquitecto del calibre de Joachim Löw, quien es el responsable de los recientes éxitos. Sin embargo, el panorama no ha mejorado a unos meses de la justa, y los resultados ya son históricos en plano negativo, con 5 derrotas, lo cual, podría sonar poco, pero para una selección como Alemania es inadmisible.
Con lo visto en los meses recientes, evidentemente ya se comienza a especular sobre su futuro, ¿será el momento de dar el cambio de timón?

Historial impecable

Como encargado de la Mannschaft, el alemán no podría dar mejores números, habiendo perdido solamente 28 partidos en los 12 años que ha estado encargo del vestidor, aunque si nos pusiéramos algo exigentes, el hecho de que haya pocos trofeos en su haber puede ser una condicionante importante, aunque ese único trofeo es el más deseado por todos, la Copa del Mundo.

Momento oscuro

No había visto un equipo más favorito a repetir un Mundial que éste, especialmente porque parecía que se estaba llevando un proceso de rejuvenecimiento impecable, con la capacidad de armar varios equipos competitivos -lo cual quedó claro en la Confederaciones- y con un proyecto sólido, pero el 2018 fue malísimo para las principales figuras alemanas que no llegaron en buen nivel, y si a eso le agregamos el hecho de que el propio Löw tomó decisiones polémicas como la inclusión de un Neuer sin ritmo, todo terminó por explotar en donde menos debía, en Rusia 2018, desencadenando una sequía de resultados que a la fecha no ha terminado.

¿Culpable de todo?

Como en todo, no hay culpables absolutos en una crisis como esta, pero cuando un equipo no anda, el técnico regularmente es quien paga los platos rotos.
En este caso, siento que sí tiene una responsabilidad tremenda en lo que está sucediendo. Si hacemos punto y aparte desde el fracaso de la Copa del Mundo -que no lo anticipaba nadie-, lo que Joachim debió hacer es cepillar de una a todas aquellas «vacas sagradas» que siguen sin estar a nivel y que ya cumplieron su ciclo con esta playera, pero todo indica que el hombre sigue aferrado, no solo a ellos, sino al estilo de juego con el que se hicieron grandes y que cada día demuestra estar más obsoleto. Los rivales ya saben cómo nulificar a un equipo que ya ni siquiera domina  bien la posesión de la pelota.

¿Cambio?

Tras tomar el control de la Selección en 2006, me parece que es el momento ideal para decirle adiós a Joachim Löw. El fútbol está mutando muy rápido, y me da la impresión de que el Míster sigue encasillado en sus mismas ideas y hábitos, lo cual, puede ser peligroso para echar a perder una camada muy talentosa de alemanes que tienen la dinamita necesaria para continuar dándole triunfos a esta selección con quien sea que esté sentado en el banquillo, además, los DT's alemanes vienen empujando fuerte, y no se me haría descabellado hacerle la oferta de su vida a alguien como Julian Nagelsmann.