Cuando un equipo muestra carencias partido a partido y éstas no son corregidas, no puedes aspirar a nada y menos contra un equipo que tiene varias fibras de orgullo, por el cual, jugarse el todo por el todo e incluso, tomar un partido de 4ta. semana como si fuera de playoffs debido a su mal arranque.
Estos fueron los Santos de Nueva Orleans que derrotaron a unos Vaqueros que, si bien trabajaron de manera sublime la mayor parte del juego, los puntos se originaron de las formas más infantiles posibles y si un gol de campo fallido les devolvió la sonrisa, en un minuto esa se volvió a borrar frente a un equipo que tenía mucho que ganar y nada que perder, que jugaba en casa con su gente, mostrando deseos de conseguir su primer triunfo y de paso levantar el ánimo, ese que estuvo por los suelos durante 3 partidos seguidos.
La vida da muchas vueltas y en un deporte como el fútbol americano las vueltas pueden ser drásticas, hasta hace apenas un mes, los Vaqueros parecían contendientes para llegar, incluso, a la final de conferencia, hoy los fanáticos y su dueño sólo esperan terminar el año con una campaña ganadora, aunque eso no sea garantía de disputar los playoffs.
