Los guaraníes suelen ser siempre un muy incómodo rival. El decirle incómodo siempre se me ha parecido mucho a demeritarlos, pues juegan muy bien y son ofensivos. Esa garra guaraní que lleva tanto carácter y sobre todo, suelen dar muy buenos resultados (al menos individualmente o a nivel de clubes).

Esa mística, que cuando están en la cancha, entre ellos se empiezan a hablar en guaraní. Que saben que su mejor arma es el ataque y que tienen muchos elementos de experiencia, combinados con otros jóvenes que están para reventarla.