Red Sox tiene la cabeza en otro lado.

Clay BuchholzA diferencia de NY, Boston sí está en un hoyo, pero psicológico. Cambios, adaptaciones, malas rachas… los factores sobran. Dan un buen juego, pierden estrepitosamente los siguientes; se van arriba en el marcador; les terminan ganando. Ahora, Red Sox tiene excelentes individualidades como David Ortiz y Dustin Pedroia, siempre cargando con el equipo, pero pareciera que el aspecto mental y la sincronía de todos como conjunto no da para nueve entradas. Las prueba de ello es que están en los últimos lugares de efectividad colectiva y se nota en varios de los jugadores. La mirada de Mike Napoli en la caja de bateo, los problemas de Jackie Bradley Jr en el centro del jardín, un Clay Buchholz descontrolado y así sucesivamente. Más que “campeonitis”, los Red Sox viven una crisis de confianza. Y esta serie contra Yankees fue prueba de ello: En el tercer juego hubo una jugada defensiva de trámite en la que Buchholz tuvo el doble play, dudó un segundo qué hacer y terminó eligiendo a la segura (tirar a primera base) dejando que entrara una carrera que al final fue decisiva. Independientemente de qué tanto puede mejorar o empeorar este equipo, la verdad es que no le están haciendo el mínimo honor a ser el campeón vigente de la serie mundial.