Primer Semestre para el olvido
Es verdad que se tuvo que llevar una Selección alterna para la Copa América, sin embargo, Herrera y su gente se cansaron de vendernos la posibilidad de que tenían material para armar dos selecciones «competitivas», falso, el equipo mexicano, desde los juegos previos, demostró que no le iba a alcanzar para competir ante los mejores conjuntos del continente, quedando eliminados en fase de grupos y dejando severamente afectada la imagen del técnico nacional a causa de escándalos extracancha, todo esto era un preámbulo de lo que veríamos mas adelante.
La Copa Oro llegó y el plantel «europeo» se puso la playera nacional, a pesar de tener todas sus luminarias, el equipo dio varios tumbos y decepcionó en la fase de grupos, enfrentando rivales en el papel inferiores que le terminaron por complicar, pero eso no era todo, la ronda de eliminación nos demostró que no habíamos visto lo peor, ya que el equipo de Herrera seguía mostrando fútbol a cuentagotas y con un clara influencia del arbitraje fueron impulsados hasta la gran final, de una u otra forma a CONCACAF no le convenía que la Selección que llena los estadios y por ende las arcas, no estuviera presente para culminar su circo.
Por si lo anterior no fuera poco, Miguel Herrera se encargó de ponerle la cereza al pastel intentando agredir al periodista Christian Martinoli a causa de las críticas que éste le había hecho durante el verano, embriagado de soberbia, el ahora ex-técnico nacional armó un papelón en un aeropuerto de Philadelphia al encararlo. Tras el escándalo, a la FEMEXFUT no le quedó de otra mas que darle las gracias.
