Tener un arquero de otro mundo

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Conejo sin suerte no es conejo, aunque en este caso, las cualidades fisico-atléticas de Oscar Pérez superan, en su mayoría, la necesidad de tener suerte. «El conejo» un arquero de 43 años al que muchos hace rato intentan jubilar, demostró aquella noche que, como los buenos vinos, el timpo sólo le hace ser mejorar. No hay mayor prueba de ello que la del domingo para demostrar los alcances de un atleta en toda la extensión de la palabra. Su equipo dio un partido bastante flojo, pero el único que estaba por encima de los otros 21 jugadores era Oscar, sin duda, el principal responsable de que su equipo no saliera goleado y llegara al minuto 92 a un tanto de llevarse el trofeo, lo cual terminó sucediendo.