El Diablo está en la cima. El sábado pasado en Puebla, Toluca ligó su sexta victoria consecutiva en Liga MX (9 con Copa MX) venciendo a los Lobos de la BUAP por 2 goles a 1 y superó así a Santos Laguna en la tabla colocándose como el nuevo líder del fútbol mexicano. Sin los reflectores encima, los dirigidos por Cristante lucen realmente fuertes. Analicemos las razones del gran paso del cuadro rojo.
Confianza en proyecto
Los buenos resultados no son coincidencia sino fruto de un trabajo que se ha venido haciendo y este Toluca es la muestra de ello. Después de 2 años bajo el mando de José Saturnino Cardozo dónde no se consiguió el título esperado, Hernán Cristante, entre muchas dudas y cuestionamientos, llegó en el Apertura 2016 para llevar el mando de los Diablos.
Su primer torneo fue complicado; debido a la remodelación del Nemesio Diez, Toluca jugó de local toda la temporada en el ‘Chivo’ Córdova y después de un torneo gris, acabaron en el lugar 10 de la tabla con 24 puntos.
Para el Clausura 2016, las cosas mejoraron y los rojos consiguieron terminar en 4to lugar general con 28 unidades, siendo eliminados por posición en la tabla por las Chivas que a la postre serían los campeones.
Llegó así el Apertura 2017 y Toluca sumó 29 puntos, uno más que los 28 del torneo anterior y de nuevo fueron eliminados pero ahora en Cuartos de Final y por el Morelia.
Hoy, en su cuarto torneo con Hernán al timón, Toluca ya tiene 27 puntos con 12 más por disputarse. La progresión es notable. Esta positiva evolución se ve reflejada en los números pero también en el funcionamiento: Toluca está jugando su mejor fútbol en la era Cristante.
Labor de equipo
Toluca no depende de un centro delantero como otros escuadrones para obtener resultados positivos. Los goles se los reparten los hombres que más cerca están del área enemiga, al igual que las labores de sacrificios y en defensa.
Luis Quiñones ha sido la contratación de la temporada para los Diablos Rojos; el delantero colombiano ha anotado cinco veces en sus primeros 760 minutos.
Fernando Uribe, que tampoco ha sido un eslabón inamovible para Cristante, acumula cuatro tantos hasta el momento y le sigue la pista a su compañero y compatriota.
De igual manera, dentro de todo el panorama que favorece al equipo escarlata, Cristante ha encontrado minutos para brindárselos a Alexis Vega, que con el nueve el dorsal es producto de las fuerzas básicas de los del Estado de México; con 20 años y dos goles en lo que va de competencia, el centro delantero ha tenido continuidad de la mano de Hernán, que lo ha llevado poco a poco. Lamentablemente hoy se encuentra lesionado pero los escarlatas esperan recuperarlo para la Liguilla.
No olvidemos los aportes del capitán Rubens Sambueza, de Pedro Alexis Canelo, de Gabriel Hauche ya recuperado de su lesión, e incluso de Ángel Reyna que de repente muestra chispazos. El Toluca tiene una cantidad importante de variantes que le permite sorprender desde la alineación inicial.
Toluca asumió ciertos riesgos en la confección de una plantilla, hoy, estelar. Los Diablos tienen así a su disposición todo un arsenal dónde casi todos suman y después de varios años, el Infierno vuelve a asustar.
Perfil bajo
Si algo ha caracterizado al Toluca a lo largo de su historia es el hecho de no tener nunca la atención encima. Pareciera que esto ha jugado siempre a su favor.
Hernán Cristante, como futbolista, siempre mantuvo un perfil discreto, sin grandes declaraciones, prefiriendo incorporar a su rendimiento los ápices que le hacían falta a su personalidad fuera del campo.
Los medios de comunicación deportivos mexicanos están siempre enfocados en América y en Chivas, en la ahora moda de los equipos regiomontanos, hablan de las crisis de Cruz Azul y de Pumas, del descenso, se habla de todo menos del líder general. Y al Toluca le gusta esto. Siempre le ha gustado. Calladito, el tercer equipo más ganador de nuestro fútbol, nunca considerado un ‘grande’, se encamina a la Liguilla y por su título de liga número 11. Quizás cuando el Toluca alcance al América o al Guadalajara se hable finalmente de ellos. O quizás nunca. Al Toluca no le importa.