El GM LeBron falló.

El jugador, el que promedió un triple doble en las finales (primera vez en la historia que se ve eso), no falló, pero el que toma las decisiones de este equipo junto a Dan Gilbert y David Griffin sí. Y es que esos contratos a Tristan Thompson y J.R Smith no se ven muy bien en el papel. Los Cavs no pueden adherir a una cuarta estrella a su equipo, como si lo hicieron los Warriors por estos contratos. Una situación que sería factible, pues el tope salarial sigue aumentando para los equipos, solo las organizaciones inteligentes, como la de los Warriors, lo pueden maximizar.

Además, los Warriors cambiaron su estilo. El estilo que los llevó a ganarle a los Warriors el año pasado. Los Cavs fueron un buen equipo defensivo y físico, hicieron sentir incómodos a Golden State y esa fue una de las razones del triunfo. Para este año prefirió hacer un equipo triplero, parecido al estilo que tienen los Warriors pero así fue imposible competirles. Pensar en ganarles 140-130, 4 de 7 partidos, no era viable. Menos a la velocidad y ritmo de tiro que tienen los ahora campeones. De igual manera nada aseguraba algo, el movimiento de Durant fue un terremoto alrededor de la NBA, pero de la manera con la que les ganaron podía provocar tal vez la única forma de vencerles este año: que se pusieran nerviosos y ellos mismos se dispararan en el pie.

Tal vez la siguiente temporada sea la última de LeBron en Cleveland, esperando que los Warriors se vayan desintegrando, que Curry vaya a Charlotte y que Klay quiera ser el hombre en un equipo y bien pagado. Para ese entonces tal vez James esté por Los Ángeles. El siguiente movimiento más viable es que Love se vaya a Indiana por Paul George y PG13 le pueda hacer alguna sombra a Durant en otras eventuales finales ante los Warriors. Pero lo primero que tienen que hacer es cambiar a sus jugadores de rol, que de nuevo vuelvan a ser defensivos, como derrotaron a Golden State.