¿Culpables?

Las decisiones de la directiva en los últimos torneos han sido absolutamente ridículas y tontas. El equipo jamás se puede adaptar a un estilo futbolístico porque para Jorge Vergara la manera más simple de solucionar los problemas cuando no funciona el equipo es: despedir al director técnico. Una interminable lista de técnicos han ido y venido en Chivas y ninguno de ellos ha logrado tener la dicha de que la directiva lo deje completar o al menos iniciar un proceso.
Lo más triste es que Chivas ya está acostumbrado a jugar como local con un estadio con menos de ocho mil personas, a jugar entre abucheos y al rendimiento mediocre. El estadio Omnilife es un monumento al fracaso de Jorge Vergara como empresario deportivo.
Desde Coapa podemos imaginar la sonrisa burlona de la gente del América, que a diferencia de Chivas, llevan varios torneos en la élite. ¿Por qué? Hay directivos con cabeza , que son conscientes de la importancia de la continuidad en un proceso.