He de confesarles y quienes me conocen saben que soy un detractor del Chelsea  Football Club, desde su irrupción como nuevo rico a principios de este siglo. Mi animadversión hacia el club azul de Londres reside en su método para alcanzar resultados, comprar, comprar y comprar, no se preocupa por la creación de ídolos propios o siquiera salía a buscar diamantes en bruto para después pulirlos en sus divisiones inferiores. Así, de ninguna manera podré decir al menos a corto plazo que el Chelsea sea un club grande.

La sala de trofeos mas envidiada.

Ahora entonces definiré bajo mis preceptos que es un equipo grande. Para empezar debe tener un historial ganador durante décadas, vitrinas llenas de trofeos tanto nacionales como internacionales. Ídolos de cuna, jugadores hechos en casa o al menos scoutear diamantes en bruto y pulirlas en sus divisiones inferiores. Figuras consolidadas, la capacidad económica de mantener en su plantilla jugadores de primera línea mundial. Estilo de juego, tener un sello único e intransferible, que incluyan juegos que pasan a la historia por el drama que significo ganarlo, fotografías que como aficionado al futbol nunca olvidarás. Por lo tanto, muy pocos clubes del mundo caben en esta categoría. Real Madrid, Barcelona, Milan, Juventus, Bayern München, Boca, River, Ajax, Manchester United, Liverpool y párale de contar –habrá que matizar- estos son los grandes clubes en la actualidad si escribiéramos este articulo en los 70’s algunos de estos no estarían y Benfica por ejemplo podría estar presente sin problemas. He aquí donde el titulo de este artículo toma sentido.

 

Mas allá del método, los blues han empezado a poblar sus vitrinas ganando la Premier tres veces la década anterior (algo es algo) unas FA y Carling Cups, una Recopa y una Supercopa de Europa y la ansiada y flamante UEFA Champions League recién ganada, sea como sea, sin juzgar su sistema la gano.

Durante estos años exitosos ha contado con su estandarte y capitán John Terry, desde los 14 años llego a Chelsea y debutó en 1998, un blue de cuna indiscutible. Si bien es fruto de la academia del West Ham les regalo a Lampard. El siguiente precepto lo maneja a la perfección el Chelsea, ha gastado millones o miles de millones (haga usted la cuenta, si quiere) trayendo figuras consolidadas como Ashley Cole y William Gallas de su vecino Arsenal, al otrora capitán de la Mannschaft Michael Ballack, Crespo, el todavía vigente Cech, Verón, Shevchenko y el MVP Didier Drogba, en fin, podría seguir pero creo he dejado claro el punto.

El sistema de juego en la última década nunca ha sido nada sobresaliente, tal vez su pico de rendimiento lo alcanzó con Mourinho pero no obtuvo la preciada UCL, también con Mourinho recordaremos ese drama contra el Barcelona en Stamford Bridge, golazo de Essien, golazo de Iniesta, la carrera enloquecida de Guardiola festejando ese gol y al final la polémica “mano” de Eto’o que no marcó el arbitro. Ahí tenemos una fotografía y disculpe usted pero la Champions será inolvidable para cualquier blue, pero un amante del futbol –o un hincha del Bayern- quisiera borrarla de su memoria.

 Entonces, lleva tres de los cuatro preceptos sagrados, pero analizándolo en retrospectiva y con la actualidad que vive el Chelsea, tal vez no le alcanzaba para jugar mejor a Di Matteo, podríamos compararlo con uno de esos nacimientos complicados y a la postre el bebé crece muy sano, esto pasa con el Chelsea de hoy, cada fin de semana me da una bofetada con guante blanco, cada día juega mejor y por momentos juega bonito. La inyección de talento que recibió en verano ha sido maravillosa, cuando se juntan Hazard, Mata, El Niño y sobre todo Oscar el equipo brilla. Además de las incursiones por la banda de Ivanovic y Cole, la llegada a la frontal del área de Lampard, el ataque aéreo con Terry y David Luiz resulta un equipo que vale la pena desmañanarse para verlo.

 Es tan diferente este equipo al recién campeón de la Champions, como el día a la noche. Obviamente en lo personal me ha sorprendido su desempeño, Di Matteo trabajó con lo que le dieron y fue campeón de UCL, ahora que él armó el equipo esta desvaneciendo esa etiqueta de defensivo y poco espectacular. No ha perdido solidez defensiva pero lo que hacen los jugadores de medio campo para adelante puede llegar a ilusionar a propios y extraños, parece imparable en la English Premier  League y luce como serio candidato para defender su titulo de Champions League.

Talento Puro.


 

Asi que hablamos en veinte años y si el Chelsea sigue este camino tal vez, solo tal vez, ya estará entre los gigantes.