DEFENSIVA POBRE.

Nuevamente nada nuevo bajo el sol, pero sí uno de los aspectos imposibles de ignorar en este particular duelo.
Con todo y que tuvo un despegue en la segunda mita de temporada que ayudó mucho a la racha de victorias consecutivas, la defensiva Empacadora había suplido (o maquillado) muy bien sus deficiencias, llámese perímetro, poco pass rush o muchos puntos aceptados por juego. Equilibraron bien esa estadística, pero lo cierto es que ofensivas como Eagles, Texans o Bears tampoco fueron prueba como sí Dallas (que les anotó nada más 18 puntos en un cuarto) o Atlanta, quien ya los había vencido en temporada regular.

El plan de Dom Capers no estaba preparado para un déficit abultado y tan rápido. Y si su plan B era entonces ser más agresivos, pues ahí faltó personal. Es decir, jugadores como Clay Matthews no pueden cumplir todas las funciones de un paquete que carece de un tacle nariz que domine la línea, un safety que ayude a Clinton-Dix u otro OLB rápido para cazar a Ryan o salir a coberturas contra Freeman yendo por pase, uno de los tantos flancos donde fueron destrozados. Aquí mismo mencionamos que Shanahan iba a atacar ese aspecto y seguro Green Bay lo sabía, pero estuvo corto de personal para contenerlo y hasta Matty «Ice» les anotó por tierra. Y esto viene de años.

Las últimas eliminaciones de playoffs han tenido esta misma tónica, es decir, aceptar muchos puntos: 44 de Falcons; 28 de Seattle en el 2014 (de los cuales tan sólo 15 fueron en el último cuarto); 45 de San Francisco en el 2012, y 37 de NY Giants en el 2011. Todos esos fueron juegos donde Green Bay tenía una mejor ofensiva que la de hoy. Vale pues decir que la defensiva es un lastre añejo.

Rodgers parece tener todo controlado en el lado ofensivo y le quedan un par de buenas temporadas en su prime, pero nunca como ahora había sido evidente la falta de apoyo en la defensa. Si Packers no comienza una reconstrucción por ahí, mejor que su afición no se haga las mejores expectativas para el próximo año.