Mientras el Real Madrid navega tranquilamente en la Champions League ganando 6-1 al Shalke 04, se conduce solitariamente en la cima de la Liga española y espera paciente para coronarse en la Copa del Rey, el Barcelona es un barco que está poniendo a prueba su resistencia, embate tras embate, tormenta tras tormenta.
En el mercado de verano de 2013, se dieron dos novelas. La primera ya estaba cantada, pues el Barcelona y Neymar se habían jurado amor eterno desde hacía tiempo y ese amor se consumió a cambio de 57 millones de euros. La segunda, entre Real Madrid y Bale fue lenta, cara y cansada pues tuvieron que pasar muchas negociaciones y 91 millones de euros para que los Spurs soltaran al galés.
Ambos fichajes han respondido de gran manera en cada uno de sus equipos, sin embargo la bomba en Barcelona, no sólo explotó dentro de la cancha sino también fuera de ella.