DEREK CARR – Oakland Raiders.

Consideremos esto más como una mención de honor, que como probabilidades reales de Carr de hacerse del MVP. La razón no es sólo la lesión que le truncó una temporada de ensueño, sino que sus números no son tan explosivos como los de sus competidores. Pero eso sí, el quarterback de Raiders llevó al equipo hasta donde está de la mano de sendas y heroicas actuaciones. Y con ello tenemos caso.

28 anotaciones, 6 intercepciones, 3937 yardas para un rating de 96.7 fueron los números que dejó Carr antes de salir lesionado para el resto de la temporada en la Semana 16. Es decir, una estadística que no hubiera cambiado mucho. Su mejor valor, sin embargo, no está en la numeralia, sino en el desempeño. Seis drives ganadores en el último cuarto fue quizás el dato más importante que deja Carr esta temporada. Para muchos podrá no sonar impresionante, pero créanme que lo es cuando hablamos de un QB de tercer año. Un ejemplo: Aaron Rodgers tiene 10… en toda su carrera. ¿El total de Carr? 11. Y, repito, en solo tres años. En otras palabras, el tipo tiene el temple de los campeones. Y sabe ganar.

No sólo eso. Los grandes mariscales hacen brillar a sus armas aunque no siempre estén al mismo nivel. Brady como la mejor prueba. Qué me dicen de Carr reviviendo la carrera de Michael Crabtree cuando parecía que éste había dejado sus mejores años en los 49ers de Harbaugh.

Por otro lado, Carr se ha ganado la admiración de veteranos como Irvin. O la amistad incondicional de un defensivo como Khalil Mack. Eso no es algo que se vea seguido y nos habla de liderazgo y presencia. Sin duda factores esenciales cuando se habla del valor de un jugador en el, y para el equipo. Aun fuera de acción, Carr es la cara de una franquicia con futuro ganador.  Será muy complicado que gane el premio, pero su valor será reconocido más temprano que tarde.