Brasil y España se colaron a la Final de la Copa Confederaciones sin jugar su mejor futbol. Los locales demostraron ante Uruguay que tienen muchas deficiencias defensivas, que Neymar no puede crear todo el juego ofensivo y que aún falta trabajar demasiado para que alcancen el nivel de selecciones como Alemania, España u Holanda.
Por su parte, La Roja se vio afectada en semifinales por el gran planteamiento de Italia. El conjunto de Cesare Prandelli demostró que cuando se le quita el balón a los españoles sufren en demasía. Una línea de cinco en defensa y una línea de cuatro en el centro del campo le bastó a la Azurri para poner a temblar a España.