La magia se agotó
La característica principal de los conjuntos cariocas era, sin lugar a dudas, la magia. El balón sentía simpatía al rozar los pies de estos futbolistas, los mejores, linea por linea. Desde un rechace de Taffarel, un despeje de Dunga, una conducción de Roberto Carlos, un enganche de Rivaldo enganchando el esférico para que Ronaldo la definiera como verdadero fenómeno. A estos jugadores les gustaba jugar, jugaban gratis en las favelas, era lo que más les gustaba hacer, era para lo único que despertaban día a día. La vida dura de las calles y favelas de Brasil, este era el escape y la alegría que devolvía al pueblo aquello que la deluncuencia y la violencia les quitaba. Hoy son más atletas, pero dejaron atrás al fútbolista.
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Se acabó la era de los magos, ya no hay magia, ya no hay scratch du oro, pues el oro brasileño se ha devaluado de sobremanera ¿Cuando puede regresar? Queremos ver de nuevo el juego bonito.
