El amor es un sentimiento fantástico que a su vez resulta ser indescriptible, es sonreír sin saber porque y es llorar sin tener motivo alguno, y porque no, sufrir con cada gol en contra y gritar cada pase a la red de tu equipo. La clase de Beckenbauer, los regates de Maradona, la magia de Zidane o los goles de Ronaldo, ver llorar como un niño pequeño a aquel que perdió un campeonato como si fuera ese dulce prohibido, o al novio que cada año le vuelve a regalar una rosa a su querida demostrándole su fidelidad como el que a pesar de los ceros en el cheque nunca se separa de su equipo y aunque pasen los años se sigue matando por él, como lo haría el por ella. También existe la traición y porque no el poco interés hacia una institución y cual Don Juan reparten rosas por doquier pero con ninguna quedara bien.