Historico

Cantamos tus 171 goles, nos involucramos hasta el último minuto, fue alucinante ver como todos llevaron a su máxima expresión su manera de entender el futbol y que, al final de cada partido volvíamos a sentir la misma emoción de un niño al probar su primer dulce y después de este querer más, querer un poco de más futbol trasformado a un gratificante espectáculo digno de acelerar el pulso hasta del mas inexistente aficionado para el futbol.

El cristo redentor fue testigo de cada sentimiento expresado con el balón y sin él, fue el vigía de un campeonato lleno de felicidad y sueños, 32 sueños que con el paso de los días se fueron diluyendo como agua entre los dedos, 32 ilusiones que poco a poco se convertían en menos y así le hacían crecer las esperanzas a una selección que de principio a fin nos dio señales de victoria.