Aquél 11 de Agosto del 2012 mi imaginación se puso a andar y me imaginé un entorno futbolístico para México bañado en oro. El máximo logro de la selección Mexicana de Futbol en sus 86 años de historia.

Esa ilusión de ver a los futbolistas mexicanos con una medalla de oro olímpica colgada en el cuello son de esas cosas que jamás me pasaron por la mente. Ese 11 de Agosto se rompió la barrera del «Ya merito», se quebraron los tabús, se empezó a creer en los finales felices.

Hoy, volteo a ver a ese 11 de Agosto del 2012 y la ilusión del cambio sigue desvaneciéndose. El éxito de aquella selección olímpica fue consecuencia de conceptos y que jamás se habían respetado en el fútbol mexicano: CONTINUIDAD, PROYECTO A LARGO PLAZO Y OBJETIVOS CLAROS. Iñarritu dijo antes de que México fuera a competir a las olimpiadas que el objetivo era ser medallista, ¿Porqué antes de un mundial el objetivo no es ganar o quedar entre los 4 mejores?

Las cosas en el futbol mexicano siguen igual. Cada vez hay más extranjeros en la liga y el crecimiento de los futbolistas mexicanos se van disminuyendo cada vez más, los federativos siguen privilegiando el aspecto económico sobre el deportivo. La selección de futbol sigue secuestrada por una televisora.

Tenemos 28 años fracasando mundial tras mundial, seguimos estancados en el mismo charco de siempre.

En México no se sabe ni porqué se pierde ni porqué se gana. Hay que reconocer el porqué de las cosas: ¿Porqué se fue exitoso en el proceso olímpico? ¿ Porqué no podemos pasar de octavos? Mientras sigamos pensando que con una varita mágica todo se va a arreglar, vamos a seguir como estamos.

No podemos seguir viviendo de aquél éxito en los juegos olímpico (sin restarle ningún mérito) , el fútbol mexicano necesita respuestas a preguntas que nos hacemos desde hace años.