La decisión está tomada; la Eurocopa de 2020 será diferente: por primera vez, los encuentros se repartirán entre 13 países del continente. La idea, según la UEFA es conseguir que países pequeños, sin capacidad para organizar un evento así en solitario, puedan acceder a tal privilegio. También se pretende dar un giro radical al formato para celebrar el 60 aniversario de la competición. Aún no se sabe qué ciudades serán las anfitrionas; las aspirantes tendrán que presentar sus candidaturas antes de septiembre y serán elegidas en la primavera de 2014. Cada país podrá proponer dos ciudades (una para la fase de grupos/eliminatorias y otra para las semifinales/final).
Lo que la UEFA ha dejado claro es que solo podrá elegirse una ciudad por país. Además, cada ciudad elegida organizará tres partidos de la fase de grupos, y uno de las eliminatorias. El «pack estrella» será para la ciudad número 13 que albergará ambas semifinales y la codiciada final. Platini (presidente de la UEFA) sugirió que, aunque nada está decidido, Turquía (que se iba a presentar para albergar la Eurocopa antes de que en Diciembre se tomara la decisión de «repartirla») parte como favorita para hacerse con la gran final.
Los estadios candidatos se dividirán en varias categorías: 70000 personas de capacidad mínima para la final, 60000 para cuartos y 50000 para fase de grupos, aunque se harán dos excepciones de 30000 para abrir las posibilidades a los países con estadios de menor capacidad. Durante la fase de grupos, las 24 selecciones se dividirán en 6 grupos de cuatro, en cada uno de los cuales solo podrá haber 2 países anfitriones. No se garantizará que dichos equipos jueguen sus partidos en casa, medida ideada para reducir los gastos de desplazamiento y el tiempo (se pretende que no se superen 2 horas de vuelo entre partidos).
Este proyecto traerá desventajas: por un lado, toda la organización tendrá que adaptarse a este nuevo modelo. La decisión de qué países serán anfitriones (y qué ciudades en cada país) será, probablemente, bastante polémica. Para los aficionados, el constante cambio de país traerá complicaciones (especialmente para los no europeos) y papeleo mayor que en otras ocasiones.
Sin embargo, se imponen las importantes ventajas (La mayoría de los países votaron a favor del cambio, a excepción de Turquía): como la UEFA prevé se conseguirá una mayor integración de todos los países europeos en esta gran fiesta del fútbol, además de una celebración especial para su aniversario. Se fomentará el desarrollo de más de dos países y la construcción de estadios. Se conseguirá fluidez en el turismo y se evitarán grandes problemas logísticos y de masificación. Será una Eurocopa más europea que nunca.
¿Ha tomado la UEFA la decisión correcta?
La solución, en 2020.