JIM CALDWELL

Tras la gastada relación de Jim Schwartz y la organización, Martin Mayhew contrató a Jim Caldwell con las credenciales de haberle cambiado el rostro ofensivo a Baltimore llevándolos nada menos que a ganar el Super Bowl XLVII y sobre todo de haber dirigido a unos casi invictos Potros de Indianápolis (fue él quién decidió que no lo fueran) que llegaron hasta el Super Bowl XLIV, donde fueron derrotados por Nueva Orleans.

 Naturalmente, uno supondría que Caldwell alinearía inmediatamente este barco y así fue, los Lions se convirtieron en una unidad sólida y aparecieron en playoffs por primera vez desde el 2011.

Sin embargo, este año hubo un retroceso y el equipo comenzó a caer hasta convertirse en el sotanero de la NFC norte que es hoy en día. Es cierto que Jim Caldwell es un buen Coordinador, pero también lo es que “algo” sucede con los equipos de la liga en los que ha tenido un puesto de entrenador en jefe que se le caen, lo que apunta a que tal vez el mando absoluto no es lo suyo. A ello hay que agregar dos cuestiones: que Caldwell tiene una mala relación con la prensa de Detroit y que el equipo parece ya no comprarle su liderazgo.

En conferencia post la derrota en Londres, una de las declaraciones que más resonaron del coach fue “que la prensa de Detroit es la más negativa que ha conocido en su vida deportiva”, el “dungeon del Doom”, según él y en clara referencia a la LOB. Claro, esto fue a pregunta expresa de un reportero, pero esa es una respuesta que mejor debería guardarse cuando vienes de llevarte la peor derrota de la temporada en un escenario internacional.
Esa mala vibra es algo que se ha palpado en el campo, y cuando una de tus superestrellas, es decir, Megatron, está envuelto en rumores sobre un trade, es porque hay algo detrás, y muchas veces eso tiene su origen en una relación desgastada con el head coach.
Por otro lado, una de las razones por las que Caldwell llegó a Detroit fue para corregir un conjunto con talento, pero muy indisciplinado, y ése es justo otro de los problemas que los está matando: castigos en momentos claves, especialmente en equipos especiales, pero con una ligera diferencia para mal, y esta es en el estado anímico. Es decir, los Lions de Jim Schwartz eran incorregibles y malos, pero aguerridos, y el conjunto de hoy pareciera, más bien, “estarle tendiendo la cama a Caldwell”.
Es cierto que Detroit es un equipo incompleto a comparación del año anterior, pero también lo es que carecen de gran liderazgo, y ahí el primer señalado y culpable siempre será el Head Coach. Hay que ver si no el ejemplo del cambio que hubo en Dolphins.