Grandes emociones tuvieron varios de los torneos profesionales de tenis, tanto en la rama femenil como la varonil tuvieron expectación en varios puntos del año.

Hoy comenzamos un recorrido de lo que fue el 2017, empezando en Australia y los triunfos de Serena Williams y Roger Federer. La dama alcanzaría su tope tenístico del año, posteriormente se convertiría en madre. Por su parte, “su majestad” comenzaría a labrar otro año de ensueño y marcaría su “n” regreso al máximo nivel y una de esas temporadas inolvidables para el suizo.

También daremos una vuelta por lo que fue la 24ª edición del Abierto de Acapulco donde se presentó una de las grandes sorpresas del año. Igualmente hablaremos del torneo en Dubai y finalmente cerraremos este primer repaso en marzo con los Masters 1000 como el BNP Paribas Open y el Miami Open. Torneos donde tanto la ATP y la WTA tuvieron acciones en simultáneo, lo que le da un realce más prestigioso a cada una de las competencias de los primeros tres meses del año 2017.

Australian Open

Tal vez el Grand Slam más moderno sea el de Australia. Un torneo que en la última época ha sido dominado por el serbio Novak Djokovic, pero tampoco ajeno al gran suizo Roger Federer. Y vaya rendimiento del veterano tenista quien logró, contra todo pronóstico, alzar la corona número 18 de Grand Slam después de un partido épico y reviviendo una de las grandes rivalidades de la historia como lo son los duelos ante el español Rafael Nadal. Partido definido en 5 sets y con una decisión del ojo de halcón de por medio, fue el final deslumbrante a una velada de excelente tenis culminada con una victoria apoteósica del considerado por muchos, como el más grande en la historia del deporte.

Sin saberlo, Serena Williams competía embarazada en el primer torneo grande del año, y no sólo estuvo presente en Melbourne, sino que además terminó por coronarse de nueva cuenta y extender su marca de Grand Slams a 23 títulos. El torneo femenino volvió por ser un certamen caracterizado por la frase ya cada vez menos usual “todos contra Serena”. Campeonato de grandes vuelos y de grandes sonrisas, por algo se le conoce también como “el Happy Slam”

Dubai y Acapulco

Llegó febrero y con ello los dos torneos más importantes del mes, cada uno ha ido desarrollando un sello propio y una personalidad que los ha vuelto imprescindibles para los mejores tenistas del orbe. En Dubai, Roger Federer es el habitual gran protagonista del certamen, pero en esta edición no se le dieron las cosas y fue tal vez una de las mejores versiones del 2017 de Andy Murray, quien logró coronarse en la parte acaudalada de Medio Oriente.

En Acapulco la gran atracción fue Rafael Nadal en el lado masculino, el de Manacor dos veces campeón del certamen llegaba a la bahía mexicana buscando mantener el invicto en el sitio y alzar la tercera corona, pero no contaba con un gran torneo del estadounidense Sam Querrey quien sorprendió a un Nadal en ascenso, y que a la postre terminaría el año en la cima del ranking. Pero claro está tu posición de uno del mundo o de los mejores del mundo no te da en automático un título, al contrario, te hace esforzarte más porque todos te buscan ganar, y así ocurrió este año en Acapulco con la victoria de Querrey.

Indian Wells y Miami

El circuito de la WTA tiene una característica no tan favorable como lo la irregularidad en el desempeño de las jugadoras. Serena es la única con esa plenitud constante de facultades demostradas en una cancha de tenis.

Es por ello que encontramos a una Elena Vesnina ganando en Indian Wells el pasado marzo y Johanna Konta como la ganadora en Miami. Dos jugadoras de las cuales se habló poco en el resto del año, siendo la británica Konta quien apenas alcanza a estar en el top 10 del ranking sin ser una temporada deslumbrante de ninguna de las dos fuera de estos dos torneos.

En el cuadro masculino, Roger Federer, muy probablemente, alcanzó su punto más alto y de mayor sorpresa en este 2017, con su par de grandes triunfos en Indian Wells y Miami.

Con Murray, Wawrinka y Djokovic comenzando a la baja: muchos en su momento vieron al suizo como el próximo número uno del mundo al finalizar el año (tal cosa no ocurrió). El formidable tenista de, en su momento, 35 años, seguía sorprendiendo y mostrando su gran calidad y clase para jugar este deporte agudo y de mucha demanda física, un aspecto donde “su majestad” marcó un rumbo muy interesante y teniendo una longevidad inexplicable a priori.

De esta forma podemos ver cómo avanzó el primer cuarto del año tenístico. Para la próxima entrega, les traeré lo que fue la temporada de arcilla en Europa, principalmente culminando en Roland Garros y la temporada de césped donde el suizo también volvió a encumbrarse en lo más alto del viejo césped sagrado de Wimbledon.