Las noticias se mueven día con día, hora por hora, minuto a minuto. El coronavirus ha golpeado de manera contundente y fulminante las actividades deportivas en prácticamente todo el mundo. Aunque lo más importante no deja de ser que las personas estén sanas y salvas, el golpe económico al deporte, y en lo particular al tenis, tendrá repercusiones serias.

Los torneos de tenis tienen una particularidad a diferencia de otras actividades o festividades deportivas. Un campeonato de fútbol en casi todos los niveles se realiza alrededor del año calendario con breves semanas de descanso donde propiamente los equipos realizan la denominada pretemporada. En ligas de basquetbol, fútbol americano y béisbol, por mencionar algunos; tienen un torneo al año habitualmente brindando la oportunidad de que más o menos puedan eventualmente recorrer sus competencias en función de cómo siga desarrollándose la pandemia.

Calendario lleno

En el denominado deporte blanco, el calendario se encuentra completamente cargado, incluidos los torneos ITF (International Tennis Federation) lo que vuelve casi imposible reagendar todas las competencias suspendidas desde principio de este mes de marzo y a priori hasta finales de mayo. En mujeres, no se permitió jugar Indian Wells, Miami, Madrid y Roma, por mencionar los más representativos. Dos de ellos en pista dura y los otros dos en arcilla, temporada de polvo de ladrillo que prácticamente será inexistente en el 2020 a reserva de que algún comité organizador le encuentre acomodo en el segundo semestre del año como será Roland Garros a final de septiembre.

Esas mismas competencias de relevancia sumado a MonteCarlo afectan también a los hombres, eso sin que profundicemos en ATP 500, Chellengers, etcétera. Es temprano para augurar cuántos torneos más tendrán que ser aplazados o cancelados porque aún es desconocido el tiempo que tendrá que transcurrir para saber cuándo volveremos a ver tenistas en las pistas y público en las gradas.

Posibles consecuencias

La preparación de los torneos dura casi todo el año, torneos como Indian Wells que estaba a punto de comenzar con boletaje vendido y comprometido con sponsors resulta caótica su cancelación en la vísperas de la primera ronda. Ójala no ocurra, pero existe la posibilidad de que algunos torneos tiendan a desaparecer por el impacto económico del COVID-19. Pueden existir organizaciones en el orbe que no soporten el mazazo de la suspensión.

Lloverán demandas y habrá ajustes significativos a los activos de los respectivos organizadores, dejando inviable la ejecución para 2021.

En el tema del calendario, como ya se mencionó, será complicado por pugnas como la que ya existe entre la Laver Cup y Roland Garros, ya que los segundos decidieron recomponer su torneo justo en las mismas fechas del torneo de reciente creación, que tiene como estandarte principal en las taquillas y en los promocionales al «Big Three».

Serán temas de ajuste en el calendario y de llegar a puntos de acuerdo para evitar conflictos entre los de pantalón largo. En el caso mencionado, Rafael Nadal en automático estaría descartado de la Laver Cup siendo la arcilla parisina su prioridad como máximo campeón del certamen y vigente reinante de París. A él se le sumarían casi todo el top 10 como mínimo, lo que dejaría una Laver Cup muy «light».

Otro tema sustancial es la preparación de los tenistas rumbo al retorno de actividades de competencia, pero eso lo dejo para la próxima entrega, al fin el tiempo sobra en estos momentos. Los tenistas lo dicen y hay que sumarse a este precepto, quédese en su casa en tanto los especialistas y los aspectos sanitarios tienen un mecanismo efectivo para ir en contra de la pandemia. No ponga su vida en riesgo ni la de los demás.

Los saludo la próxima semana con la pretemporada obligada e improvisada que tienen ahora mismo las jugadoras de la WTA y los jugadores del ATP.