Mexico-Jamaica
México se impuso por la mínima diferencia a una inofensiva Jamaica que solo a base de su corpulencia quiso jugar. El representativo nacional salió victorioso de Kingston pero traicionando los conceptos básicos del bien jugar. Su futbol no convence a nadie y aunque se ganó, la manera en la que dominaron el encuentro, se vislumbraba una goleada por los mexicanos. Lo peor, ver la manera tan despavorida con que los jugadores pedían el final del partido, una verdadera vergüenza deportiva.

Jugo Pésimo

Mexico2No se recuerda una actuación tan paupérrima a lo largo de la Eliminatoria. Por momentos del partido, parecía que el representativo nacional jugaba un partido amistoso y no había la prisa de adelantarse en el marcador. Faltos de imaginación, creatividad, el equipo no juega a nada. Tal vez con esos pequeños destellos les alcance para estar en Brasil, sobre todo por la zona tan endeble en la que se encuentra México.

No hay colectivo

Mexico4El funcionamiento de la Selección Mexicana dejo mucho que desear. Se ganó por la mínima pero el colectivo lleva partido tras partido sin generar el volumen futbolístico que puede dar el equipo. Hay jugadores que han pasado inadvertidos como Barrera, Torrado, Meza, Guardado, por lo que será mejor darles una oportunidad a otros que vienen empujando. Lo más trágico es que Jesús Corona fue el mejor mexicano en el cotejo, situación que hace ver la crisis futbolística por la que está pasando la Selección.

No aprovecha deficiencias

Mexico3La Jamaica del primer partido del Hexagonal Final nada tiene que ver con la versión mostrada del partido de ayer. Un equipo con muchas limitantes, era el rival apropiado para ganar contundentemente y generar confianza en el entorno. Pero su apatía futbolística le impidió realizar una mejor versión y tuvo que conformarse con un triunfo insípido. Su próximo rival tiene mucho más calidad que los jamaicanos por lo que no puede depender tanto del nivel futbolístico del adversario.

¿Es de alarmarse?

Mexico5Por lo mostrado no solo en el partido de ayer, sino en toda la Eliminatoria es de preocuparse. El representativo nacional no genera el volumen de juego que manifestó el año pasado y que hizo creer que se avanzaría el certamen de forma cómoda. Lo verdaderamente preocupante es que ante rivales endebles no se logra ganar con autoridad. En la cancha no se gana con el nombre y es lo que muchas veces se ve impregnado en el campo. Aún están a tiempo de corregir esos males, de lo contrario el camino a Brasil será más escabroso que agradable.