Hemos llegado a la gran fiesta. El lugar: U.S. Bank Stadium en Minneapolis, Minnesota. La fecha: 4 de febrero. Los protagonistas: Philadelphia Eagles y New England Patriots. Una historia que ya tuvo su antecedente en el 2005 inclinándose a favor de Nueva Inglaterra.
¿Será diferente en esta ocasión? No lo sabemos, pero esperamos un espectáculo digno de la mejor liga deportiva del mundo y que ya en otras ocasiones nos ha regalado finales de antología.
Super Bowls que son referencia y a los que todos acudimos cuando el tema es cierres cardiacos, récords, sorpresas, campeones históricos, etc. ¿Cuáles son? Vamos.

5. SUPER BOWL XXXIV.

St. Louis Rams 23-16 Tennessee Titans.
No fue el Super Bowl con el mejor arranque o el más entretenido. Se esperaba un gran espectáculo ofensivo del llamado «Greatest Show On Turf», los St. Louis Rams, ante unos Tennessee Titans que habían llegado a esta instancia como equipo comodín. Sin embargo, las defensivas dominaron durante los dos primeros cuartos.
¿Quién sería el MVP de continuar esta tendencia? ¿El pateador Jeff Wilkins o Kurt Warner por lograr mover al equipo ante la férrea defensiva de Titans que en ese entonces contaba con un tal Jevon Kearse como novato del año?
Afortunadamente los equipos salieron conectados del vestidor tras el medio tiempo para entregarnos una segunda mitad para el recuerdo, y que se definió hasta los segundos finales
Último cuarto, seis segundos en el reloj, marcador 23-16 favorable a Rams, primero y goal para Titans en la yarda diez. Una única jugada para ganar esto. Steve McNair conecta con el receptor Dyson en ruta Slant, la anotación parece inminente, pero una efectiva tacleada salvadora de Mike Jones lo detiene en la yarda uno con el ovoide a centímetros de rebasar la línea de gol. Game Over.
Qué final. Los Rams se coronaron campeones en un gran Super Bowl que siempre recordaremos como “The Tackle”.

4. SUPER BOWL XXIII.

San Francisco 49ers 20-16 Cincinnati Bengals.
A decir de muchos, este fue el primer gran Super Bowl que se volvió un clásico instantáneo. Y no los contradigo, pues en este juego fue donde la leyenda de Joe Montana o “Joe Cool” se cimentó para, a la postre, convertirse en el mejor QB (discutiblemente) de la historia.
Tal y como el juego anterior, este también tuvo un dominio defensivo durante la primera mitad. Un 6-6 parecía poco para quienes habían culminado como las dos mejores ofensivas de aquella temporada.
Con 3:20 en el reloj y perdiendo por tres puntos, Joe Montana montó un drive que recorrió 92 yardas en 11 jugadas, en la cual, su mancuerna con Jerry Rice (el MVP del SB) fue determinante. La gesta fue sellada con un pase de touchdown a John Taylor cuando quedaban 34 segundos en el reloj.
Boomer Esiason, el MVP de aquella temporada, intentó emular a Joe con un regreso en menos tiempo, pero la defensiva de San Francisco prevaleció.
Este Super Bowl será recordado por aquel huddle final en el que Joe Montana señaló a las gradas al tiempo que le preguntaba a sus compañeros, “Hey, no es ese John Candy”? El resto es historia.

3. SUPER BOWL LI.

New England Patriots 34-28 Atlanta Falcons.
¿El regreso más grande en la historia de los Super Bowls lo vuelve uno de los mejores? Voy a dejar esa reflexión a los lectores. Lo cierto es que por sus formas, el Super Bowl LI puso la figura de Tom Brady como el más grande (de nuevo discutiblemente) de todos los tiempos. En otras palabras: convertirse en el mejor jugando como el mejor.
¿Qué tanto de culpa tuvieron Dan Quinn y Kyle Shanahan? Una buena parte, pero ello no quita que Bill Belichick -quien también pisa un Olimpo especial gracias a este duelo- hiciera su trabajo en el momento oportuno.
La historia aún está fresca en la memoria. Falcons jugaba por nota en ambos lados del ovoide y con 2:08 restando en el tercer cuarto, manejaban una ventaja de 25 puntos que olía a sentencia.
Pero vino el colapso: malas decisiones, castigos dolorosos en momentos clave, una línea ofensiva cansada, desesperación… Belichick puso un cerrojo y Falcons cayó en la trampa queriendo ser osados cuando la clave era calma.
El resultado: un regreso histórico de Patriots que empató el duelo y lo llevó a tiempo extra sólo para ganarlo en la primera serie ofensiva. Un Super Bowl en el que el MVP cambiaba de estafeta casi cada cuarto con diferentes figuras poniéndose el traje de héroe, aunque al final todo se resumió en un número: 12.

2. SUPER BOWL XLIII.

Pittsburgh Steelers 27-23 Arizona Cardinals.
Éste Super Bowl sí que tuvo de todo y, como los buenos juegos, se definió en el minuto final con una jugada espectacular.
Si Pittsburgh Steelers iba a convertirse en el equipo con más trofeos (6) Vince Lombardi en sus vitrinas, tenían que hacerlo con grandeza, justo como pedía Santonio Holmes en las diagonales: “Time to be great. Time to be great”. Y así fue.
El dominio de Steelers durante la primera mitad tuvo como protagonista -faltaba más- a su defensa. Específicamente James Harrison y su histórico pick six de cien yardas. Sin embargo, todo eso fue gradualmente superado por unos Arizona Cardinals que comenzaron a golpear y defender en serio.
Los buenos ajustes de Arizona vieron su recompensa con tremendo TD de Larry Fitzgerald, que con 2:37 restantes en el último cuarto tomó una ventaja de tres puntos que se percibía como un golpe anímico contundente.
Con 2:33 en el reloj y en su propia yarda 22, Big Ben comandó una ofensiva a la que tal vez no se le ha dado el crédito suficiente, y eso se debe, en parte, a la labor de Santonio Holmes. Con un pase que llevó de la yarda 45 a primero y gol, Holmes, solito, se puso la mesa para esa gran recepción de touchdown que con 35 segundos restantes hizo de éste uno de los campeonatos más emocionantes de la era moderna.
Cabe mencionar que Kurt Warner y Fitzgerald le pusieron cierta cuota de nervio en lo que pintaba para un hail mary de alarido, pero la defensa de Steelers forzó un fumble y ahí se selló el triunfo.

1. SUPER BOWL XLII.

New York Giants 17-14 New England Patriots.
¿El upset más grande en la historia de la NFL? Sí. ¿Del deporte? Podría discutirse. Lo cierto es que la grandeza de este Super Bowl radica precisamente en esas condiciones. El underdog derrotando al favorito; la víctima que se revela. Y seamos sinceros: TODOS amamos cuando un «David» vence a un «Goliat». Más si éste último es un equipo controversial como lo eran los Patriots del 2007.
Polémica spygate aparte, la versión 2007 de Patriotas era un máquina imparable que, con Tom Brady y Randy Moss destruyendo récords, se encaminaba a igualar a los Miami Dolphins de 1972 como el segundo equipo en lograr una temporada impoluta de 19-0, coronada con el Super Bowl, claro está.
Y es que si el rival eran unos NY Giants que habían calificado a playoffs como comodín, las circunstancias se antojaban inmejorables. Un hecho, se llegó a decir.
¿Fue el exceso de confianza lo que mató a Patriots? Con Belichick al frente sabemos que no. Todo el crédito fue para Tom Coughlin, cuya mente (lo comprobaríamos después) es la verdadera kriptonita de Pats, y por supuesto para un arrojado Eli Manning y no menos David Tyree.
A pesar de que fue duramente castigado por una de las mejores frontales en los últimos años, Brady se las arregló para poner el marcador 14-10 a su favor con 2:42 en el reloj. “Seventeen fourteen in the final, fellas. One touchdown and we are world champions. Believe it and it will happen” repetía Michael Strahan en las diagonales tratando de motivar al equipo. Funcionó.
Todo comenzó con una emocionante cuarta y una que Giants convirtió con 1:28 manteniendo vivas sus esperanzas. Lo mejor llegaría tres jugadas después. Minuto 1:15, tercera y cinco: Eli escapa inexplicable y milagrosamente de un sack cantado, encuentra a David Tyree medio descubierto y manda un pase al cual Tyree se aferró con toda su vida, ayudado con su casco para convertir otra primera oportunidad. La sorpresa de lo que estaba sucediendo fue tal que Patriots no tuvo capacidad de reacción; mentalmente estaban noqueados. Y cuando reaccionaron Eli ya les había recetado un TD con pase a Plaxico Burress, y 35 segundos por jugar. Eso sí, Brady no dejó de intentar aún con diez segundos, pero esa disciplinada defensa de Giants en verdad parecía que había visto este juego.
Un juego que será recordado como una de las mayores sorpresas en la historia del deporte.