Se nos terminó la temporada. Ha sido un camino inusualmente rápido, pero ante todo, muy entretenido. Grandes duelos, un par de sorpresas y unos playoffs que con al menos un juego de antología, nos traen hasta aquí, a unos días de presenciar la fiesta del Super Bowl en su edición 51.

El escenario: NRG Stadium en Houston, Texas. Los protagonistas: Atlanta Falcons y New England Patriots. El contexto es bastante similar al del año anterior: la ofensiva que más puntos anotó contra la defensiva que menos permitió. Y en medio de ello, nuevamente un QB histórico, aunque ahora hay más ingredientes. Circunstancias que apuntan a un mejor duelo.

Tenemos por un lado a los Atlanta Falcons. Un equipo que fue creciendo conforme avanzaba la temporada hasta verse temibles. Una ofensiva poderosa que no parece tener punto débil y una defensa que, contra sus números, ha hecho un muy buen trabajo para complementar al equipo.
Por otro lado, los New England Patriots. Habituales ya de los campeonatos en este siglo. Un equipo que, sin tanto bombo ni espectacularidad, han llegado aquí simplemente “haciendo su trabajo”. Se lee y dice fácil, pero mantener ese nivel en un deporte tan demandante física y psicológicamente es algo que contados han logrado.

Dos rivales balanceados y dignos de merecer la victoria. Dos estilos que de cierta forma se complementan; pero solo uno puede ganar.

¿Qué pesará más en esta ocasión? ¿El puro nombre de Brady o un Matt Ryan en plan MVP? ¿Un ataque absolutamente conectado o una mente como la de Belichick? ¿Un Head Coach debutante o un Coordinador acostumbrado a esta instancia? ¿Defensa aérea o pass rush? ¿Puntos o estrategia? Difícil decirlo, pero hay que dar un ganador, y estas son las razones por las que Atlanta Falcons ganará el SB51. Vamos.