En una semana en la que el juego de los Vaqueros era más que crucial y que el rumbo de la temporada estaba en juego, se esperaba un partido duro, donde los jugadores se entregarían al 1,000%, donde cada uno tenía en mente que una derrota significaría quedar prácticamente fuera de play-offs. Los Vaqueros se están convirtiendo, año con año, en los candidatos del próximo año y del próximo y del próximo.

Solo resta una semana para que regrese Tony Romo a los controles del equipo, pero al parecer, ni ganando los últimos juegos de Romo, los aficionados verán a los Vaqueros en postemporada y el equipo empezará a reestructurar al equipo muy temprano en la liga.

El triunfo de los Gigantes y la derrota frente a las Águilas acaban de firmar una temporada, la cual, sólo esperamos que termine lo más decorosamente posible y tal parece que la defensiva y la ofensiva se ponen de acuerdo para dar pena un partido cada quien y hasta el momento, no ha habido uno donde, de los 2 lados del balón, den un partido a la altura de las expectativas del equipo.