Todo acabó, la justa deportiva en Brasil llegó a su final con la clausura de los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro 2016. Así se despide un ciclo más de deporte, lleno de hazañas, figuras e historia inconmensurable.

Fueron 11 días de actividad en la que se rompieron 350 récords paralímpicos y 209 mundiales, se vendieron dos millones de entradas y los brasileños abarrotaron los inmuebles para presenciar la etapa final de su administración deportiva.

Finalmente, Río de Janeiro resultó mejor de lo que se esperaba por los problemas presentados antes del inicio de la justa olímpica y ahora su trabajo se ve reconocido en todos los logros obtenidos. Sin embargo el precio de albergar unos Juegos no es nada barato en varios sentidos, por lo que la responsabilidad mayor es la que viene para poder sostener el proyecto de los cariocas.

Aunque el ejemplo más claro que nos deja esta justa deportiva es que todo se puede realizar, nunca rendirse hasta llegar a la meta deseada y que las diferencias no existen cuando el deporte es el lazo de unión. Aquí algo de lo más destacado de los Paralímpicos.